Consumada la tragedia en Alicante, tras presentar ayer la patronal Coepa el concurso de acreedores, la junta directiva de la provincial de Valencia CEV acordó ayer pedir una reunión extraordinaria por la vía de urgencia del comité ejecutivo de la autonómica Cierval para conocer cuál será el impacto en sus cuentas de la suspensión de pagos de la organización alicantina y sus posibilidades de futuro.

Sin fondos ni patrimonio para hacer frente a sus deudas, Coepa se encuentra desde ayer al borde de la desaparición. Los reiterados impagos de cuotas desde 2010 „que suman 470.000 euros„ y la seguridad de que no podrá seguir aportando fondos dejan a la Cierval también muy próxima al abismo, porque tendrá que computar como pérdidas las deudas alicantinas. Además, la castellonense CEC le debe unos 250.000 euros también por cuotas. La situación es agónica y los vocales de la CEV en el comité ejecutivo de Cierval quieren tener plenas garantías de que la autonómica no incurre en insolvencia. Si ese fuera el final ineludible, como la mayoría prevé „no su presidente, José Vicente González„, instarían a que presentara un preconcurso para eludir su responsabilidad personal. No hay que olvidar que algunos de estos empresarios han sido sancionados por el Banco de España como antiguos consejeros de la SGR y no quieren que la situación se repita.

Hay otra alternativa y es que la CEV, la única provincial con músculo financiero pese a que cerró 2015 con unas pérdidas cercanas a los 18.000 euros, se haga cargo de la deuda alicantina para que Cierval no suspenda pagos. Claro que, a cambio, exigirá el control absoluto de la autonómica y un rediseño en el que se diluirían las provinciales en beneficio de las sectoriales.

En la junta de ayer de la CEV hubo debate entre los empresarios, que instaron a su presidente, Salvador Navarro, a que precisara los efectos del concurso de Coepa sobre Cierval y la propia CEV. Navarro les conminó a esperar a conocer los números reales de la autonómica.