Los aeropuertos de Tel Aviv y Valencia estarán conectados a partir del 4 de abril por vuelos operados por la aerolínea Sandor, subsidiaria chárter de la israelí El Al, en un intento de Israel de apostar por la ciudad española como nuevo destino turístico prioritario.

Desde esa fecha y hasta el 13 de octubre, si es que no se decide prolongar la campaña, están previstos 52 vuelos entre los aeropuertos de Ben Gurión y Manises, según el sitio en internet de Eshet, una operadora que ha organizado paquetes de viajes a Valencia.

El precio de las "escapadas" vacacionales de tres o cuatro noches oscila entre 524 y 669 euros por persona en pretemporada (abril-mayo), y entre 634 y 814 euros en pleno agosto.

Fuentes del sector turístico local aseguran que Valencia es "un destino a prueba (...) Tenemos grandes esperanzas, aunque sólo a final de temporada lo sabremos", dice Irit Ilán, directora de turismo externo en la agencia local Ortal.

Valencia tratará así de quitar a Cataluña el predomino que tiene sobre el turista israelí desde hace más de una década, ya que alrededor del 78 % de los israelíes que viajan de turismo a España lo hacen a esa región autónoma.

Se trata de unos 200.000 según cifras de 2014, sin incluir los que presentan otro pasaporte en frontera, y en Israel casi la mitad de la población tiene dos o más.

Según las estadísticas de ese año, visitaron Madrid el 9,9 % de turistas israelíes y Andalucía el 4,9 %, muy en contraste con los años 90 en los que la Costa del Sol era su destino por excelencia.

El israelí es un turista que deja un promedio de unos 200 euros diarios en el sector turístico español, lo que le convierte en un cliente de "poder adquisitivo", más en los últimos años en los que shékel cotiza al alza frente al euro.

Según cifras de la Oficina Central de Estadísticas de Israel, en 2015 unos 3,1 millones de israelíes, de un total 8,5 millones, viajaron, al menos una vez, al extranjero.

Sobre la elección de Valencia, Ilán señala que es ideal para un pueblo mediterráneo al que le gusta el clima cálido, está relativamente cerca -unas cuatro horas- y, además, "en España el israelí se siente cómodo".