El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, informó ayer de que España presentará a Bruselas en el mes de abril un conjunto de actuaciones que tienen como objetivo corregir la desviación del déficit de las comunidades autónomas.

Este plan forma parte del Programa de Estabilidad que la Unión Europea (UE) exigía a España que pusiera en marcha aunque el Gobierno estuviera en funciones, tal y cómo ocurre en la actualidad. De Guindos ha apuntado que, además, está «abierto» a explicarlo en el Congreso de los Diputados.

Preguntado por cómo afecta el escenario de incertidumbre política a la economía española, De Guindos también ha asegurado que «este año está salvado» y España puede crecer cerca del 3 por ciento. «Tendría que haber una debacle para que no fuera así», ha declarado de Guindos. El ministro en funciones también ha argumentado en una entrevista concedida a un medio nacional que en Europa hay «interés por lo que va a pasar» y que han preguntado «por las posibilidades de Gobierno y los plazos», pero «saben que España es una de las economías que mejor se está comportando con diferencia». Aún así, de Guindos ha reconocido que «hay prevención ante un posible Ejecutivo en el que Podemos esté involucrado». En este sentido, defiende «la gran coalición» como el resultado más «positivo» para el país y señala que una abstención del PP para aprobar el pacto entre PSOE y Ciudadanos sería un «fraude para los más de 7,3 millones» de votantes de los populares.

Durante la entrevista, el ministro en funciones también se refiere a un reciente encuentro con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, que, según indica, le llamó «muy preocupado» porque Standard & Poor's estaba preparando un informe muy duro sobre la solvencia de Cataluña. «Hablamos de temas financieros y de liquidez, no presupuestarios», ha aclarado. Sobre este tema, De Guindos también ha indicado que «no hay que mezclar» esta petición de 'socorro' con el discurso habitual del Ejecutivo autonómico. «De lo que se trata es de que a los catalanes no se les deje de prestar ningún servicio público como la sanidad o la educación. Si entráramos en una espiral absurda del ojo por ojo, al final, perjudicaríamos a las personas».