La economía valenciana creció de forma robusta el año pasado, gracias especialmente a la demanda externa, pero ya cerca de cerrar el primer trimestre del nuevo ejercicio hay signos inquietantes que apuntan a una ralentización. Dicho de otro modo, la economía «parece perder fuelle y continuará por una senda menos intensa en 2016», que, aún así, permitirá reducir el paro. La Confederación Empresarial Valenciana (CEV) hizo público ayer su informe de coyuntura del mes de marzo en el que constata que la economía autonómica registró un incremento del PIB próximo al 1 % en el cuatro trimestre del año, de tal forma que cerró el ejercicio con una subida del 3,4 %, dos décimas por encima de la media española.

La patronal provincial añade que la mejora macroeconómica se ve lastrada por una elevada tasa de paro y la «falta de robustez en la demanda interna», que, aun habiendo «mejorado significativamente, retrasan la percepción de la salida definitiva de la crisis para empresas y familias». El informe recuerda que, a diferencia de lo que sucede en el conjunto de España, el gran motor de la economía valenciana procede del dinamismo de las empresas en su actividad exportadora. El consumo, como ha quedado dicho, mantuvo su mejoría, pero sigue afectado por el paro y los menores niveles de renta disponible, mientras que la inversión privada se frenó levemente y la pública, pasado el efecto de las elecciones autonómicas y municipales, siguió la misma senda descendente. Así las cosas, «las expectativas sobre el consumo de los hogares y la inversión empresarial son positivas, aunque con tendencia a la ralentización» en un contexto de progresivas incertidumbres sobre la evolución de la economía mundial.

Por el lado de la oferta, la CEV asegura que todos los sectores, a excepción del primario, «mantienen notables mejorías» y se mueven en zona positiva. Las empresas más volcada en la internacionalización, la innovación y en mejorar su productividad fueron las que «mostraron mejores índices de actividad».

Sectores

Penalizado por las altas temperaturas, la falta de lluvia y el exceso de viento, el sector primario ha vivido «una incidencia muy negativa sobre la práctica totalidad de los cultivos y subsectores ganaderos». En el sector secundario, la industria manufacturera «se ha mostrado más dinámica», especialmente en material de transporte, madera, maquinaria de equipo, caucho y plástico y textil y confección. En su conjunto, esta actividad presenta mejores registros que la media española, como pone de manifiesto, por ejemplo, el índice de producción industrial de diciembre, que subió un 13,9 % en la autonomía frente al 3,7 % en España. Por su parte, la construcción «continuó remontando su trayectoria, mostrando entre enero y diciembre un incremento en el número de visados de vivienda del 42 %». Más modestas fueron las licitaciones de obra pública, que acumularon durante el año una caída interanual de más del 26 %. Las perspectivas del sector, según el informe de la patronal, «apuntan a una ligera mejoría en la actividad privada».

Buenas perspectivas para el comercio

El sector servicios, en su conjunto, «estabilizó su actividad durante el cuarto trimestre del año», mostrando más dinamismo en las ramas relacionadas con las actividades profesionales, científicas y técnicas, así como en hostelería y transporte y almacenamiento. Dentro del comercio, la alimentación y el resto de actividades «parecen converger y lo hacen a tasas razonables». Se trata de una actividad con «buenas perspectivas de cara al futuro ». En la hostelería, el alojamiento presentó una evolución más favorable que la restauración, según el informe de la patronal provincial.