India acaba de convertirse en un mercado estratégico para el sector de las energías renovables, y las principales empresas valencianas han puesto sus ojos sobre este gigante demográfico. El país crece al 7% anual y, según las previsiones, en un par de años se convertirá en el más poblado del mundo con más de 1.400 millones de habitantes, por encima de China.

En este contexto, su modelo energético se ha convertido en una cuestión de Estado. El Gobierno quiere reorientar el sistema para que las renovables alcancen una cuota de mercado del 40% en quince años. Además, se prevé que en 2040, en ese país será más barato producir energía con fotovoltaica que utilizar el carbón.

«En Valencia tenemos la vista puesta en varios mercados emergentes, entre ellos India», explica Marcos J. Lacruz, presidente de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen). También México es un mercado potencial, como Cuba, si se confirman las expectativas de boom turístico, que pueden generar «oportunidades de energía tremendas» con miles de nuevas plazas hoteleras, añade Lacruz.

Según explican desde la patronal, ya hay empresas valencianas que están vendiendo tecnología para plantas fotovoltaicas en este gigante. Es el caso de Power Electronics, que tiene allí una firma de I+D, con 25 ingenieros que desarrollan software de usuario, así como otra sociedad de comercialización de todos sus productos.

El sector reconoce las complicaciones de entrar en ese país, por cultura y por precios. Pero existe interés. Atersa (Aplicaciones de Tecnología de la Energía), una firma valenciana de casi cuatro décadas que hoy es filial del grupo Elecnor lo está intentando. Según explica su director técnico, Enrique Daroqui, la compañía opta a un concurso público para construir una planta fotovoltaica de 50 magavatios, un proyecto de entre 50 y 60 millones.

«India es un mercado objetivo para el sector de la fotovoltaica. Es el que más va a crecer a corto plazo», explica Daroqui. Este país tiene algunas particularidades que le convierten en un mercado en expansión para las renovables. Se trata de una sociedad de base agraria que necesitaría una red de distribución «imposible de realizar». La renovable es más funcional y, además, ya es más barata que los grupos electrógenos. Esto se suma a un país que dispone de agua y que con poca potencia fotovoltaica tiene el bombeo resuelto, según explican en Atersa.

Esta empresa con sede en Almussafes y dedicada en exclusiva al sector fotovoltaico desde 1979. Es la más antigua de España y sobrevive tras varias crisis y el hundimiento del sector de las renovables en España. Hoy es una de las escasísimas compañías que fabrica en España paneles solares. El negocio está fuera.

Según informan desde la empresa, en 2015 presentó 52 ofertas a grandes contratos de fotovoltaica en 30 países. La empresa, fundada por tres socios en 1979, fue comprada en 2000 por una americana y, posteriormente, pasó a ser 100% propiedad de Elecnor.