Los mercados exteriores se han convertido en una de las vías de escape de la economía valenciana y en la tabla de salvación para los sectores tradicionales. Industrias como el textil o la química se han adaptado y especializado a los mercados exteriores. Otros como la cerámica o el han colocado en el exterior toda la producción que se ha cerrado en España.

Las cifras confirman esta realidad. No sólo el volumen de exportación, que en 2015 creció un 15%, más del triple que la media española y recuperó la segunda posición exportadora (28.556,6 millones), sino también por la cantidad de empresas que salen a vender fuera.

Según datos recogidos en un reciente informe de Funcas, el número de empresas exportadoras valencianas ha crecido durante la crisis un 42%, concretamente entre 2007 y 2015. Al cierre de este último ejercicio, en torno a 22.000 mercantiles valencianas tenía parte de su negocio en el exterior.

Entre 2000 y 2007, sin embargo, durante el ciclo de expansión a rebufo del crecimiento inmobiliario, el número de empresas que miraba al exterior crecía a menor ritmo, un 31%. Así, durante la crisis el número de exportadoras ha crecido un 77% que durante los años de bonanza. «Es una cuestión de reorientación del sistema productivo. En la década prodigiosa, cuando España tenía el 40% de la construcción de Europa, le decías al sector del hábitat de exportar y se reían. Al caer el consumo interno, la genta se fue fuera», confirma Vicente Mompó, responsable de Internacionalización de la Cámara de Comercio.

Más exportación, más regular

Entre la devaluación salarial y la calidad del producto valenciano, la economía autóctona ha podido expandirse y sortear el hundimiento del mercado doméstico. Según su valoración, lo más importante es el incremento del número de compañías que exporta con regularidad. Un tercio de las 22.000 exportadoras lo hace de manera regular, los últimos cinco años. Son 900 más que en 2010.

Los autores del informe de Funcas, con todo, matizan el relato de éxito de la salida del tejido valenciano a los mercados exteriores. «A partir de 2003 las exportaciones valencianas comienzan a mostrar un comportamiento más desfavorable en relación al conjunto español y también respecto a la evolución de las ventas de Cataluña y Madrid, que se acentúa desde 2007. Las empresas valencianas parecen haber tenido más dificultades para encontrar en los mercados exteriores una alternativa a la fuerte contracción de la demanda interna durante la crisis, debido en otros factores a su menor dimensión media», indica el estudio firmado por los profesores Gil Pareja, Llorca y Picazo.

Quizá por este dato, el número de empresas exportadoras ha crecido menos en Valencia (un 86% respecto a 2000) que en el conjunto estatal (un 123%).