No fueron el factor esencial en el enorme endeudamiento de Feria Valencia, procedente sobre todo de las obras y sus sobrecostes, pero son el reflejo de cómo se gestionó la institución durante los largos años de la presidencia de Alberto Catalá. Hoteles de lujo, gastos cargados a la institución en períodos claramente vacacionales, regalos caros a autoridades políticas e incluso viajes de directivos ajenos a la entidad están siendo investigados por la fiscalía.

Muchas de esas irregularidades eran de dominio público bastante antes de la que la fiscalía iniciará sus pesquisas después de que la Intervención de la Generalitat le remitiera a finales de 2014 el informe de los sobrecostes. Así, en febrero de 2011, este diario publicó que Feria Valencia pagó varios viajes a Colombia al director general de Rafael Catalá, S. A., la empresa textil propiedad del entonces presidente ferial, que entró en concurso de acreedores en 2014. Las visitas al país sudamericano se produjeron en diversos meses de 2009, precisamente el mismo año en que Rafael Catalá S.A. abrió una tienda en la capital colombiana, Bogotá, que iba a ser el primer paso para su expansión por el país, dado que tenía previsto abrir otros establecimientos en Medellín y Barranquilla. A modo de ejemplo, Catalá y el director general de su empresa, que había trabajado para Feria Valencia hasta 2007, viajaron a Bogotá vía Fráncfort entre el 13 y el 20 de enero de 2009 con un coste global para la institución de 12.472,46 euros, que incluían los vuelos, una noche de hotel en la ciudad alemana y el alojamiento —solo tres días en el caso de Catalá— en la capital colombiana.