La relación que Ximo Puig está tratando de retomar con Cataluña tras años a la greña, buscando ahora un frente común en reivindicaciones como la financiación, las infraestructuras compartidas o las relaciones comerciales, puede llegar también al turismo.
El Institut d'Economia i Empresa Ignasi Villalonga está desarrollando una serie de iniciativas para vertebrar las «potencialidades de los territorios de la eurorregión del arco mediterráneo» (Euram) y tratar de fomentar sinergias como si de un espacio común se tratara.
En ese marco de «cooperación interterritorial» con Cataluña y también Baleares se plantean iniciativas como la «generación conjunta de productos culturales» que unirían referentes de los distintos territorios, como los barrios judíos de Girona, Palma, Barcelona y Sagunt, cita como ejemplo el informe que acaba de presentar el Institut y al que ha tenido acceso Levante-EMV.
A este movimiento subyace la idea de aprovechar el tirón turístico de un capital, Barcelona, que puede ejercer de puerta de entrada para que mercados complejos como el asiático lleguen a Valencia. La capital catalana tuvo 8,3 millones de turistas en 2015, de los que 6,6 era extranjeros.
El Institut Ignasi Villalonga ya ha realizado alguna jornada con responsables en materia turística de los territorios del dominio lingüístico, incluyendo Andorra. Hace un mes en Valencia se reunieron responsables de Turismo de la Generalitat (con Francesc Colomer al frente), Cataluña, Baleares y Andorra.
Fuentes de la Agencia Valenciana de Turismo apuntan que «han quedado en intercambiar conclusiones de esta jornada y elaborar nuevas propuestas». Entre las ideas que flotan en el ambiente, reconocen en la AVT, la posibilidad de poner en marcha productos cruzados, como el turismo sénior o rutas náuticas.
El Institut Ignasi Villalonga lanza en ese informe un abanico de propuestas «de cooperación territorial». Desde la creación de un lobby turístico del sector de las tres autonomías, a la ya citada «generación conjunta de productos culturales, como complemento al sol y playa». Entre ellas, señala la gastronomía, barrios judios (Girona, Palma, Barcelona, Sagunt); patrimonio vinculable (romano, gótico, modernismo); huella de diferentes civilizaciones (fenicios, romanos, griegos, etc), villas marineras, etc.
Las comunidades han delegado en el instituto la ejecución de algunas propuestas, explica su director Pau Caparrós. Pronto se lanzará un Observatorio Turístico del arco mediterráneo para crear productos conjuntos: «Por ejemplo, una ruta que visite las tres capitales y que podamos vender a los mercados chino o indio».
