La incertidumbre política que afecta a España desde el tramo final del pasado año no han sido un obstáculo para que el interés inversor extranjero crezca en este territorio. En 2015 el número de proyectos de inversión en la C. Valenciana se disparó un 44%. Es un aumento considerable pero se trata todavía de pequeñas cantidades, tanto en montante económico como en número de operaciones. Fueron 13 inversiones directas, según según el informe realizado por la consultora internacional EY. Supone el 5% del total de operaciones en España.

En cuanto a volumen, y según datos del Ministerio de Economía, el pasado año aterrizaron 254 millones en inversiones productivas. La cantidad es mucho menor que en 2014, cuando gracias al ambicioso plan de inversiones de Ford llegaron 808 millones a tierras valencianas.

Aunque EY guarda la confidencialidad sobre las operaciones concretas que se produjeron, sí han trascendido los sectores. Y confirman como los más pujantes al sector de montaje de automóviles, y también al sector químico. Esta actividad recibió tres inversiones productivas el pasado año. Se trata de una industria caracterizada por una gran internacionalización, con personal de alta cualificación y presencia de multinacionales como BP, en Castelló.

Los sectores de transporte de agua, instrumental científico, construcción, servicios de seguros y negocios, intermediación financiera y venta al por mayor se repartieron las otras operaciones de inversión.

En cuanto al origen de las inversiones, procedieron de EE UU, Canadá, Francia, Tailandia, Alemania, Corea del Sur, Luxemburgo, Países Bajos y Reino Unido, confirman la consultora.

El informe European Attractiveness Survey 2016 destaca el récord de inversión extranjera en Europa en 2015, con 5.083 proyectos y 217.000 puestos de trabajo. España se mantuvo como cuarto mayor receptor: 248 proyectos, un 7% más. Barcelona y Madrid han elevado su atractivo entre los inversores consultados, y se colocan como la quinta y octava áreas más interesantes de Europa. Todo ello en un contexto de crisis migratoria, lento crecimiento y ataques terroristas que han empeñado las perspectivas europeas.

España se ha mantenido como cuarto mayor receptor europeo, «a pesar de las incógnitas de un año electoral». Los inversores apostaron por el sector manufacturero, servicios financieros, transportes y retail. El origen del capital es mayoritariamente intraeuropeo, y también de EE UU y Japón. Las perspectivas de crecimiento son buenas para 2016. Según un estudio del Instituto de Estudios Económicos IEE España ocupará el quinto lugar con un aumento de las inversiones del 4,7%.