Cuando Chema Alonso estaba en el lado oscuro de la informática era conocido como El maligno. Ahora, este ingeniero de larga melena y gorros de colores es el chief data officer de Telefónica, algo así como el jefe de los datos y la seguridad de la principal compañía de telecomunicaciones de España.

En los últimos años ha sido constante el trasvase de hackers desde el lado oscuro a los despachos de las grandes compañías tecnológicas. Google contrató hace dos años a George Hotz, un veinteañero estadounidense conocido en el mundo online como Geohot que había conseguido vulnerar el sistema de bloqueo del iPhone y piratear la consola PlayStation 3. También en 2014, Apple fichó al hacker de sólo 17 años Winocm para mejorar y blindar el sistema de seguridad que el joven había conseguido vulnerar en varias ocasiones.

Antes, Apple también se había hecho con los servicios de Comex, que había logrado llevar el núcleo del iOS, el sistema operativo del iPhone, a un teléfono Nokia. «Si no puedes con ellos, contrátalos», parece ser la consigna que manejan los gigantes de las telecomunicaciones y la informática.

Telefónica fichó a Chema Alonso hace casi cinco años. Por entonces ya era uno de los piratas informáticos españoles más populares. «Hay que distinguir entre "hackers" y cibercriminales, los "hackers" son buenos», precisa siempre que tiene ocasión Alonso. Ingeniero informático de sistemas por la Politécnica de Madrid y doctor en Seguridad Informática por la Universidad Rey Juan Carlos, fue uno de los primeros hackers en España que montó una empresa de ciberseguridad. Con 24 años fundó Informática 64, que se dedicaba a detectar grietas en los sistemas de las empresas.

En 2011, el actual presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, fichó a Alonso como asesor para poner en marcha la iniciativa Talentum Startups, un programa de formación y becas para jóvenes talentos en tecnología con el que la multinacional mantiene en su órbita a los nuevos hackers. En 2013, todo el equipo de Informática 64, con Alonso a la cabeza, se incorporó a Telefónica para el lanzamiento de Eleven Paths, una empresa filial de la multinacional española enfocada en la innovación en tecnologías de seguridad de la información que registró varias patentes.

El pasado año todos los grupos que trabajaban en el área de ciberseguridad se fusionaron para formar Telefónica Business Solutions y Alonso fue nombrado director de seguridad de la información B2B. Desde ese cargo, y de nuevo de la mano de Álvarez-Pallete, ha ascendido ahora a chief data officer, directivo de Telefónica con mando sobre la seguridad de la información y el big data, el tratamiento masivo de datos.

Méritos aparte, la designación de Alonso supone un cambio radical en la imagen de Telefónica, que muchos españoles aún asocian a viejas cabinas de teléfonos y no al desarrollo digital. Por imperativo norteamericano, las cúpulas de las tecnológicas visten camiseta y calzan zapatillas.

«La verdad es que no esperaba que se generara tanto revuelo con mi nuevo rol dentro de Telefónica, pero el impacto en la sociedad de esta compañía es mucho más grande de lo que uno se imagina», señaló Alonso tras ver su rostro y su melena en los medios de comunicación. Lo escribió en su blog, que sigue llamándose «Un informático en el lado del mal».