«La previsión es que para final de este año estén todos los expedientes resueltos». Ese es el plazo que maneja la Conselleria de Economía para la demolición del galimatías administrativo en que se ha convertido el infradesarrollado plan eólico de la C. Valenciana, que puso en marcha el PP en 2001 y en el que están atrapados los actuales gestores.
El plan, que divide el territorio en quince zonas, se desarrolló a través de dos convocatorias en 2001 y 2008. Solo un dato refleja el fracaso del modelo: de los 2.697 megavatios adjudicados, solo están funcionando 1.172 MW, un 43%. En estos momentos, la Dirección General de Energía está resolviendo por orden todos los expedientes de las zonas que no se desarrollaron. En seis de ellas no se ha puesto en marcha ni un aerogenerador. Y de las las nueve restantes algunas solo se han desarrollado parcialmente.
No es un procedimiento fácil. «El volumen de documentación es demencial. Cada zona está en una fase administrativa distinta y hay documentación que depende de varios departamentos», explica un portavoz de la conselleria. Igualmente, en algunos casos las empresas encargadas del desarrollo desistieron; en otro, no.
La zona 4, por ejemplo, correspondiente a l´Alt Maestrat, tiene un plan aprobado en 2006, pero en 2012 recibió una declaración ambiental negativa. Es el último trámite que se realizó. Ahora el nuevo Consell tiene previsto este mes denegar el plan energético y las autorizaciones de los parques.
En el caso de las zonas 14 y 15, en las comarcas de El Comptat y l´Alcoià (Alicante), ni siquiera el anterior gobierno llegó a aprobar el primer paso, la aprobación provisional del plan especial de zona. La conselleria tiene previsto dictar la denegación en septiembre.
En este contexto, la situación resulta «desesperante», teniendo en cuenta que el cambio de modelo energético y la apuesta por las renovables es uno de los ejes de legislatura para Rafael Climent. Y hasta que no esté «todo limpio» desde el punto de vista administrativo, no puede decidirse qué se hace: si se abre a un nuevo concurso esas zonas para que opten más empresas o si se modifica el mapa, teniendo en cuenta que algunas de ellas ni siquiera tenían fuerza de viento suficiente.
Las adjudicatarias siembran dudas
Otra incógnita será qué ocurre con las actuales empresas adjudicatarias de los planes zonales. La conselleria está negociando en estos momentos con algunas concesionarias y todavía «no se han pronunciado sobre si continúan interesadas en desarrollar sus proyectos». Cabe recordar que la Abogacía de la Generalitat vino a decir recientemente que las empresas que no había desarrollado los parques no conservaban derechos sobre ellas, aunque la conselleria no quiere verse en los tribunales con este asunto.
Mientras tanto, Energía quiere comenzar a desarrollar lo más parecido a su propio plan: la instalación de miniparques eólicos de escasa potencia, con aerogeneradores de entre 250 kilovatios y 500 kilovatios, que sumen no más de tres megavatios. Ya hay varias empresas que han mostrado su interés y pedido una reunión con la dirección general de Energía. La idea de estos miniparques, pensados para ayuntamientos, particulares o cooperativas, es que el 30% de la energía se destine a autoconsumo. Estas instalaciones podrán montarse fuera de las zonas delimitadas por el plan original de 2001.
