Las entidades financieras aún no han cesado de replegar velas pese a haber atravesado una impactante crisis que ha implicado muchas fusiones y absorciones y los consiguientes despidos y cierres de oficinas. En un contexto de gran dureza para el sector porque los tipos de interés bordeando el terreno negativo están golpeando de forma inmisericorde en los márgenes, la rentabilidad y las cuentas de resultados, los bancos siguen clausurando sucursales. El año pasado, sin ir más lejos, los bancos, cajas y cooperativas de crédito instalados en la Comunitat Valenciana cerraron 64 establecimiento, es decir, el 2,1 % de los 3.175 que tenían al finalizar 2014. El descenso fue similar al experimentado por el conjunto de España, donde el porcentaje se situó en el 2,9 % tras el cierre de 896 oficinas que dejó el número de sucursales bancarias en el país en 30.921.
En el caso de la Comunitat Valenciana, durante los años de crisis, la autonomía ha perdido el 38,6 % de las sucursales que tenía en 2008, cuando llegó al máximo de 5.061.
Por otro lado, el crédito experimentó el año pasado en la Comunitat Valenciana uno de sus mayores descensos interanuales, al contraerse un 8,17 %, según el último bolentín del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que hace balance de los datos a 31 de diciembre de 2015. Con esta disminución, el crédito en la autonomía se situó en 122.976 millones. En el conjunto de España, la caída fue la mitad, es decir, un 4,3 %. Solo en 2012 y 2013, con caídas del 12,51 % y del 10,65 % se registraron en la autonomía disminuciones más acusadas que en 2015.
Los depósitos, por su parte, experimentaron una bajada de solo medio punto y se situaron en los 93.700 millones. En este caso, el descenso en España fue solo del 0,009 %. En un contexto de tipos de interés tendentes a valores negativos, es significativa la progresiva bajada de los depósitos a plazo, que apenas obtienen ya remuneración en la banca. El año pasado, descendieron en la Comunitat Valenciana en un 18,61 %, dos puntos más que la media española.
