La Comunitat Valenciana es la autonomía de España que más superficie agraria útil ha perdido durante la última década como consecuencia del abandono de cultivos ante la falta de rentabilidad, así como los planes de desarrollo urbanístico paralizados desde el inicio de la crisis económica. La autonomía cuenta con 49.600 hectáreas menos que en 2005, según constata el informe elaborado por la organización agraria Coag-CV, Fundación Mundubat, Plataforma per la Sobirania Alimentària del País Valencià junto a la Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas y que han presentado en las Corts.

El estudio sobre la propiedad de la tierra en España y las propuestas Por una política de tierras justa y sostenible, sostiene que el número de explotaciones agrarias se ha reducido un 23,2 % en toda España. En valores absolutos, las autonomías que han sufrido un mayor abandono han sido Comunitat Valenciana, Andalucía (48.200 hectáreas) y Galicia (37.050 ha). Así, la Superficie Agraria útil (SAU) debido al abandono de explotaciones, fenómenos urbanísticos y recalificación de los usos del suelo, ha disminuido un 9,2%, lo que equivale a 2,4 millones de hectáreas. En 10 años, se han perdido 659 hectáreas cada día.

Tamaño de las explotaciones

La media del tamaño de las explotaciones ha aumentado en un 18 %. El incremento se ha concentrado entre las explotaciones de tamaño medio-grande. La pequeña explotación (menos de 5 hectáreas) representa el 52% del total estatal pero sólo el 4,3% de la superficie. La mediana explotación (entre 5 y 70 ha) representa el 40,8 % de las explotaciones con el 32 % de la tierra. La gran explotación (entre 70 y 500 ha) representa la mayor parte de la tierra cultivada (46%). Y la propiedad latifundista (más de 500 ha) que acapara el 17 % de la superficie pero sólo suponen el 0,44 % de las explotaciones.

Según Fernando Fernández, investigador de Mundubat y coautor del estudio, «los cambios en el uso del suelo son evidentes; los procesos de urbanización, la expansión de las áreas industriales, la construcción de grandes infraestructuras, y el destino de áreas territoriales a la explotación energética van presionando progresivamente sobre la tierra agraria. Pero en la pérdida de tierra agraria „agrega„inciden otros factores como el precio de la tierra, la falta de relevo generacional, o los mecanismos de cese en la actividad».