La sustracción de unos documentos del HSBC sobre una red mundial de millonarios evasores de capital convirtió a Hervé Falciani en un héroe para el mundo, pero en un delincuente para Suiza, el país en el que trabajaba cuando denunció el escándalo. Tuvo que huir a España para ser detenido y convertirse en uno de los principales colaboradores de la Agencia Tributaria y la Fiscalía Anticorrupción en los casos más importantes de fraude fiscal. Esta ayuda a este y otros estados le permite evitar que haya sido extraditado para afrontar los delitos de los que le acusa la Confederación Helvética. Ha ayudado a recuperar decenas de millones de impuestos que se habían evaporado y justo esta semana, su asesoramiento ha motivado el registro de las oficinas centrales del Banco Santander y el BNP Paribas.

Falciani estuvo ayer en Valencia, donde se reunió con la vicepresidenta, Mónica Oltra, y el conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz. El informático colaborará con el Ejecutivo valenciano en su plan para implantar medidas antifraude y de lucha contra la corrupción. Como reconocen fuentes de la conselleria, les puede abrir muchas puertas de grandes expertos en la lucha contra la evasión por internet.

Falciani es un «whistleblower», término inglés para describir a aquellos ciudadanos que han alertado y revelado delitos, y es un defensor a ultranza de que las instituciones garanticen la seguridad de estas personas. De hecho, explica, casos como el que destapó él o otros como los papeles de Panamá o Edward Snowden tiene atemorizados a todos aquellos que quieren vulnerar la ley o defraudar a las haciendas nacionales. «Ahora es más difícil defraudar, los bufetes y bancos que han permitido y apoyado estas prácticas se sienten vigilados», explica el experto informático.

Falciani bautiza a estos héroes como «galileos» y llama a los ciudadanos a denunciar estas prácticas. «No debemos tener miedo porque las cosas están cambiando», apunta.

El informático, que asegura no tener patria pero que pone en lo «local» la solución al fraude internacional, asegura que en la actualidad estamos en una segunda fase. Una vez escarmentados los grandes bancos y grandes despachos como Mosack Fonseca, el de los papeles de Panamá, los «whistleblower» tienen en su punto de mira a las grandes multinacionales como Amazon, Google, Facebook o Apple. «Hay un problema en la tributación que debemos solucionar», explica, en relación a la ingeniería financiera que utilizan estas empresas para vender en todo el mundo y sólo abonar impuestos en un país, habitualmente los de más baja tributación como Luxemburgo, Irlanda u Holanda.

Falciani está esperanzado con la ciudadanía, de hecho, piensa que el cambio de mentalidad será lo que mejore el mundo. Por ello, apuesta por la educación, por el control de la información para detectar defraudadores y por leyes que protejan a quienes denuncias. Para el sistema educativo propone que se forme a todos los niños en finanzas.

Este colaborador de la justicia española está condenado en Suiza por «espionaje bancario», un delito que en el país helvético se considera un ataque «contra los intereses del país». De momento, España le garantiza la protección para «cazar» a todos los defraudadores de la lista que consiguió revelar del HSBC.