En un sector tan maduro como el de la distribución alimentaria, sorprende la facilidad con que una nueva empresa, desde cero, se ha hecho con un hueco en tan poco tiempo. En apenas dos años y medio, la cadena valenciana Family Cash dispone ya de cinco supermercados propios y su facturación crece a casi el 200%.

Tras las dos últimas aperturas en el segundo semestre de 2015, en l'Alqueria de la Comtessa (Safor) y Museros (l'Horta), esta empresa familiar cerró el año con 57 millones en ventas, casi el triple que los 21 millones de 2014, según explican desde la compañía liderada por José Canet y Rosa María Ferrero.

El tamaño de la plantilla también ha crecido de forma exponencial, de 215 a 415 empleados en estos momentos. Y esperan cerrar 2016 con una facturación de 85 millones, lo que supondría cuadruplicar las ventas en apenas dos años.

Los planes de crecimiento, que de momento no van más allá de la provincia de Valencia, pasan por abrir dos tiendas más entre finales de este año y principios de 2017. La inversión prevista es de 2,3 millones en cada tienda. Será un salto de tamaño hasta situarse en torno a los 3.000 m2 en cada establecimiento. Su emplazamiento aún es secreto.

Fruto de este crecimiento, el pasado marzo estrenaron un almacén logístico de 10.000 metros cuadrados en l'Olleria, en el que han invertido dos millones de euros.

¿Dónde está el secreto de esta empresa familiar, que genera recelos en el sector por su política agresiva de precios anticrisis, y se ha hecho un hueco en el territorio natural de dos gigantes como Mercadona y Consum? La compañía está asociada al grupo Unagras y adquiere parte de sus productos en su central de compras. Eso, y una reducción «del margen de beneficios a la mitad que la competencia» les permite convertir en realidad su reclamo comercial: «No son ofertas, son nuestros precios».

«Tenemos un carro con una diferencia de entre 23 y 27 euros más barato. Primeras marcas casi a precio de marca blanca», asegura la coopropietaria. Junto a la central de compras y proveedores valencianos, la tercera pata la tienen en China, desde donde se abastecen para las líneas de bazar de sus tiendas.

Detrás de esta firma hay experiencia en el negocio. José Canet lideró la expansión de Tiendas Vidal. Tras romper con aquel proyecto, el matrimonio y los dos hijos lo apostaron todo en lo más duro de la crisis, en octubre de 2013.

«Nos decían: 'Esteu bojos'», recuerda Ferrero. Arrancaron con la tienda de Xàtiva. Dos años y medio después se han expandido a Torrent, Ontinyent, l'Alqueria y Museros. Capitales comarcales y pequeñas localidades, pero en emplazamientos estratégicos, cerca de espacios turísticos.