En su inconmensurable fiereza, la crisis económica no dejó títere con cabeza, especialmente en el mundo laboral, pero el impacto no fue simétrico en todas las empresas. Así, mientras el empleo sufría una sangría en la inmensa mayoría de mercantiles, las cooperativas capearon el vendaval con heridas menos profundas. A pesar de ello, en la Comunitat Valenciana padecieron una pérdida de casi el 12 % de los puestos de trabajo que tenían en 2008, cuando la recesión se mostró en toda su magnitud.

En 2008, las cooperativas valencianas daban empleo a 36.820 personas, mientras que cinco años más tarde, en 2013, cuando empezaban los primeros sintomas de una recuperación ahora en entredicho por el Brexit, esa cifra había caído un 11,7 %, hasta 32.527, según el informe «La crisis, ¿una oportunidad para la economía social?» publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

Mucho peor le fueron las cosas a las sociedades laborales, donde los trabajadores tienen que disponer de al menos el 51 % del capital frente al 100 % de las cooperativas. En este caso, el número de trabajadores en 2008 era de 9.700 en 2008. En 2013, se había producido un descenso del 46,9 %, hasta los 5.149.