El director de Thyssen-Krupp, Thomas Schlenz, confirmó ayer al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que la planta de Galmed en Sagunt volverá a producir acero galvanizado el próximo noviembre para poder estar a pleno rendimiento en marzo de 2017. Schlenz aseguró que el «escenario de recuperación» les permite apostar por la planta del Camp de Morvedre gracias «a un sector tan fundamental como el automóvil».

Tal y como explicó el jefe del Consell, la reapertura de Galmed significa «un paso hacia adelante para la confianza de nuevos inversores», ya que es una muestra de que en la Comunitat Valenciana «hay estabilidad y buenas perspectivas económicas». Además, se refirió a la situación de la industria del automóvil a nivel nacional, donde las previsiones también son «buenas». Tan solo hay que recordar la inversión de Ford en Valencia o los 1.000 millones que ha anunciado Volkswagen para fabricar el nuevo Polo en Navarra.

«La importancia que tiene la instalación de una factoría de estas características es el efecto arrastre», que podría llevar a que en el futuro otras empresa decidieran instalarse en la Comunitat Valenciana, explicó Puig.

A su juicio, la apuesta de ThyssenKrupp por la reapertura de Galmed refleja la voluntad de esta empresa de que la planta de Sagunto sea «uno de los puntos importantes dentro de esa multinacional».

Apoyo de la plante de El Puig

La apertura de la fábrica saguntina de TKGalmed aprovechará también de las sinergias que pondrá la multinacional a través de la planta de suministros de El Puig, que ha explotado durante los últimas dos décadas con su aliado Grupo Ros Casares (ahora en fase de extinción) y que se ha adjudicado recientemente durante el proceso de liquidación de la citada compañía. Además, Galmed también podría contar como cliente con el centro en Puerto de Sagunt que perteeneció a Ros Casares, adjudicado a Gedesco.

La secretaria general de Comisiones Obreras en el Camp de Morvedre, Begoña Cortijo, instó ayer a la dirección de la multinacional a «cumplir con los compromisos» de recolocación de todos los extrabajadores de Galmed, que empleaba a 164 trabajadores fijos hasta finales de 2013, cuando decidió desmantelarse ante la caída de pedidos por la crisis y las importaciones masivas de acero de China desde la Unión Europea. La decisión de la reapertura de Galmed ha sido analizado por la direcciones de Thyssen y ArcelorMittal, suministrador de acero.

La comisión de seguimiento de ThyssenKrupp Galmed volverá a reunirse el próximo mes de septiembre. De momento hay comprometidos la recuperación de 90 puestos de trabajo y ya se ha empleado a los primeros diez trabajadores a la planta.