El Ayuntamiento de Valencia y la Conselleria de Economía vuelven a la carga para restringir la libertad horaria del comercio en la capital. Tras dos meses de bloqueo después de que la Abogacía de la Generalitat obligara a Economía a volver a las cinco zonas de gran afluencia turística, la administración autonómica ya parece tener claros los paso a seguir para volver a acometer una de sus promesas de legislatura: restringir la libre apertura del comercio en domingos y festivos.

La conselleria tiene previsto este viernes presentar su hoja de ruta para volver a limitar la libertad horaria. Ahora vuelven a estar en vigor las cinco áreas de gran afluencia aprobadas por el PP en 2013. Para deshacerlas, todo pasa por la anulación de estas áreas.

La Abogacía, como adelantó Levante-EMV, ha dado un asidero a la conselleria: y es que el PP entonces no dio audiencia a los afectados, lo que supone defecto de forma. Con ese pretexto, y previo informe del Jurídic Consultiu, la conselleria se ve habilitada para anular esas zonas que en la práctica daban libertad a todas las grandes superficies y volver al punto de partida.

A falta de que la conselleria concrete plazos, las novedades están en el Ayuntamiento de Valencia. Según ha sabido este diario, no se tiene por qué volver necesariamente a las dos zonas consensuadas con el sector en el Consell Local del Comerç. Desde el consistorio se sienten con las manos libres para partir de cero y reformular el escenario.

El consistorio maneja varias alternativa para remodelar el mapa de libertad horaria en Valencia. El primero sería una única zona de gran afluencia turística, que es lo que obliga la ley estatal. Fue el primer escenario que valoró el ayuntamiento, en torno a la Lonja, pero finalmente buscó el consenso con el gran comercio y se llegó a las dos zonas. El segundo escenario pasa por retomar ese pacto de Valencia.

Una zona, dos zonas, toda Valencia

Y una tercera opción, que está ganando enteros, pasa por dar libertad horaria a toda Valencia pero solo en determinadas épocas del año, como tienen muchos municipios. Esta propuesta que parece convencer en el consistorio va en la línea de lo planteado por el conseller Climent para toda la C. Valenciana. Tiene ventajas: se evitarían agravios entre centros comerciales de un punto y otro de la ciudad, y se rebajaría las posibilidades de judicialización. Es lo que ha pasado con los comerciantes de Nuevo Centro o el propietario del centro comercial Arena, que recurrieron el cambio de zonas de Valencia.

En el ayuntamiento no se sienten atados ya por el pacto de dos zonas de Valencia. De hecho, existe desconfianza hacia la patronal de grandes superficies Anged. No gustó que Worten, que pertenece a la asociación, recurriera el acuerdo. Ni que las grandes superficies volvieran a abrir en rebajas. O que el compromiso adquirido para reducir a 14 los festivos que trabajarían los empleados no vaya a ser efectivo hasta 2017. «Esto no nos va a volver a pasar», advierten desde el ayuntamiento.