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Análisis

¿Acabará siendo un banco Caixa Ontinyent?

Un estudio sobre la entidad plantea esa posibilidad a largo plazo

Caixa Ontinyent es en la actualidad la mayor caja de ahorros de España. Y es que, tras la reestructuración financiera que ha tenido lugar durante la crisis, solo quedan dos entidades de estas características en el país. La otra es la balear Pollença, todavía más pequeña. La firma de la Vall d'Albaida, gracias a una gestión mesurada en los años previos a la recesión, logró evitar el derrumbe que terminó con Bancaja, la CAM y tantas otras cajas.

Sin embargo, el futuro es incierto. En un libro publicado recientemente sobre la entidad de Ontinyent „«Más que palabras, hechos»„ los autores recuerdan que «las exigencias regulatorias derivadas del mantenimiento de un porcentaje de capital en relación a los activos implican que el crecimiento de Caixa Ontinyent tendrá que acompasarse con la generación de recursos propios. ¿Será este modelo sostenible frente a las antiguas cajas de ahorro que a través de sus bancos pueden conseguir capital en los mercados y, por tanto, una vez saneadas, financiar más fácilmente el crecimiento y nuevas estrategias para competir? ¿Tendrá sentido en el futuro crear un banco propiedad de Caixa Ontinyent que le permita escapar a estas limitaciones sin perder el control sobre la entidad y la obra social? ¿Cómo se vería afectada su esencia si fuera necesario este cambio en la estructura de propiedad y gobernanza?».

Uno de los autores, el catedrático de Organización de Empresas de la Universitat de València y consejero de la caja, José Pla Barber, explica que la actual legislación establece que las cajas pueden seguir creciendo como tales mientras no superen un volumen de activos de 10.000 millones de euros. A partir de esa cantidad, tienen que transformarse en bancos controlados por fundaciones. Es lo que ha pasado con entidades como La Caixa, Ibercaja o Unicaja. Los activos de Caixa Ontinyent ascienden en estos momentos a unos mil millones, motivo por el cual tiene aún mucho recorrido por delante.

Medida

No obstante, Pla apunta que no es necesario superar los citados 10.000 millones para tomar la decisión de convertirse en banco. Tal vez „siempre «desde la especulación»„, esa medida se tenga que adelantar. Lo cierto es que, sin esa capacidad para acceder a los mercados de capitales, Caixa Ontinyent se encuentra «en desventaja respecto de otros competidores y tiene mayores dificultades para financiar su crecimiento». Uno de los factores que contribuyeron a la debacle de las cajas fue precisamente el no tener la capacidad, dada su estructura societaria, de permitir el acceso de capital externo que pudiera aliviar la merma creciente que sufrieron en sus fondos propios conforme crecía la morosidad y esta se iba comiendo la cuenta de resultados. Ahora bien, como indica el catedrático de la Universitat de València, la conversión en un banco es una decisión muy trascendental, dado que implica «abandonar el modelo de caja de ahorro». Así que el tiempo dirá.

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