Después de que el pasado lunes la Conselleria de Economía pusiera en marcha la maquinaria jurídico-administrativa para «anular» las cinco zonas de gran afluencia turística de Valencia y volver a recortar la libre apertura del comercio en domingos y festivos, la cuestión ahora es: ¿qué pasará en Valencia?

Sobre la mesa hay diferentes opciones, desde volver a las dos zonas de gran afluencia turística en el centro y CACSA pactadas con el sector hasta impedir al gran comercio abrir en festivos, delimitando una única zona (obligatoria por ley). Y la única certeza es que la Concejalía de Comercio de Carlos Galiana va a ser más restrictiva. Ayer el concejal advirtió de que «la situación ha cambiado» y que «ahora la negociación ya no parte de las cinco zonas que había dejado el PP».

La situación, ciertamente, es diferente. En diciembre, cuando el ayuntamiento negociaba con el sector la limitación de apertura en festivos, el ayuntamiento tenía que negociar con la amenaza latente de que si su decisión era recurrida, la libertad horaria total podría regresar. Ahora entiende que si se anula todo lo que hizo el PP en 2013, tiene las manos libres para sentarse con el gran comercio ya que se parte de un escenario sin libertad horaria.

Pero también aspira a una solución definitiva. En este sentido, como ya adelantó Levante-EMV, el ayuntamiento estudia dar libertad de apertura en festivos a toda la ciudad pero sólo en algunos meses del año. Galiana ya ha pedido informes para identificar exactamente cuáles son los periodos de mayor afluencia turística del año en la ciudad, y centrar ahí un número de aperturas que satisfaga al sector.

Parece la opción que más adhesiones puede suscitar en un sector con opiniones muy confrontadas. Evita agravios comparativos entre centros comerciales o empresas dentro de la misma ciudad, que es lo que ha acabado por dinamitar el pacto de dos zonas, con recursos de Nuevo Centro, Arena o la cadena Worten. Diversas fuentes del gran comercio lo ven como un mal menor.

Una zona en la Lonja: ya no es legal

En estos últimas meses, además, otras opciones se han ido cayendo del tablero. La propuesta inicial de Ribó de delimitar una zona en torno a la Lonja (mil metros) en el que no había ninguna gran superficie dejó de ser posible desde que el Estado obligó al Consell a cambiar el decreto de horarios comerciales.

Respecto al pacto de dos zonas, sustentado en un acuerdo a dos bandas ayuntamiento-grandes superficies, ha dejado de ser viable por la vía de los hechos, ya que no evitó que hubiera recursos. Pase lo que pase, aún tardará. El ayuntamiento no empezará a negociar hasta que la conselleria consiga anular todos los procesos de 2013. Puede demorarse hasta 2017.