Todo comenzó con un sándwich de jamón. Y por supuesto con té. No es que eso precisamente evoque el verano, la playa y el baño, que es lo que la mayoría de turistas quieren en su viaje organizado, pero fue así como comenzó todo hace 175 años, cuando un 5 de julio Thomas Cook vendió su primer paquete turístico. Este párroco baptista británico, pionero de este tipo de viajes, reunió a varios cientos de personas en un encuentro en el que el alcohol era tabú pero en el que sí había té y sándwich de jamón. Hoy en día, los viajes organizados suponen un negocio que, solo en Alemania, mueve 25.000 millones de euros, pero necesita reinventarse, sobre todo en la era de internet.

Cuando en Centroeuropa nieva o hace frío, uno puede acudir a la agencia de viajes y ojear catálogos con la esperanza de reservar algo en un lugar soleado del Mediterráneo, por ejemplo. Para millones de personas en el norte de Europa esa sigue siendo la forma tradicional de irse de vacaciones. Todo a un precio cerrado y asegurado frente a cualquier eventualidad.

El paquete turístico es hoy en día la principal forma de irse de vacaciones. Aunque cada vez más personas suelen reservar el billete y el alojamiento por separado, empleando plataformas internacionales en internet como Trivago o Airbnb. Pero eso no significa que se haya reducido el número de viajeros con paquetes a un precio cerrado, sino que el mercado de las vacaciones ha crecido. «En el futuro seguirán existiendo los paquetes turísticos», apunta Harald Pechlaner, que se dedica a investigar el turismo.

Tensión internacional

Pechlaner cree que los ataques terroristas y las crisis internacionales harán que más personas recurran a los viajes organizados, pues si el viaje se cancela, los gastos corren por cuenta de la empresa organizadora. Sol, playa y mar siguen siendo lo más buscado en los tradicionales destinos de los paquetes turísticos.

Y en el norte de Europa se busca eso en el Mediterráneo. España, Grecia, Turquía, Egipto, Túnez y Marruecos ofrecen a raudales ese tipo de vacaciones. Sin embargo Turquía, Túnez o Egipto están teniendo problemas por los ataques terroristas. «Estamos observando una prolongación de la oleada viajera en dirección España, Portugal, Grecia, Bulgaria e Italia», añade.