El empresario valenciano Ángel de Cabo Sanz se ha declarado en concurso de acreedores como persona física. De Cabo logra con ese movimiento blindarse legalmente como persona insolvente ante las reclamaciones de sus acreedores en los frentes que tiene abiertos. El liquidador de Viajes Marsans, Nueva Rumasa y Teconsa ha fijado como domicilio su vivienda en la urbanización El Bosque de Chiva. El empresario aceptó hace justo un año cumplir cinco años de cárcel y el pago de una multa de 1,2 millones de euros por el caso Marsans.

El concurso de Ángel de Cabo lo ha admitido a trámite el juzgado de lo Mercantil número dos de Valencia, que ha nombrado como administrador a Santiago Oliveros. Fuentes jurídicas explicaron que una vez que De Cabo sea declarado insolvente se librará de tener que responder ante sus acreedores como persona física. Las mismas fuentes explicaron que en realidad él ya es insolvente. «Nunca tendrá nada a su nombre, pero así se protege legalmente ante las reclamaciones», añadieron.

Ángel de Cabo todavía figura como administrador único de Corporativa Valenciana, Activos y Patrimonios del Futuro y Posinilitumm Business. Hasta la compra de Marsans, que cerró el 9 junio de 2010, Ángel de Cabo era un auténtico desconocido más allá de su círculo de clientes y amigos. La adquisición del grupo turístico a través de Possibilitum Business, una firma que tenía como objeto social la compraventa de animales exóticos, le puso en el mapa, aunque un año antes se había quedado con Teconsa, la constructora leonesa ligada al caso Gürtel por el contrato con Canal 9 para la sonorizació de la visita del Papa a Valencia en 2006 por 7,8 millones de euros.

Nueva Rumasa

Todo muy turbio, aunque no tanto seguramente como la operación cerrada en septiembre de 2011: la compra a los Ruiz-Mateos de Nueva Rumasa a través de una empresa, Back in Business 2011, constituida en marzo de ese año en la factoría de firmas dormidas del también valenciano Ramón Cerdá.

Hasta 2009, el empresario valenciano apenas tuvo notoriedad, si bien, con un despacho de abogados como base operativa, el bufete Aszendia, con sede en Valencia, Castelló y Madrid, De Cabo fue realizando operaciones de liquidación, a través de Nuevas Formas y Diseño, firma radicada en Riba-roja del Túria, de compañías como la sevillana Construcciones Azagra, Omega, Urbacivil, la gaditana Vías Canales y Puertos o la la citada Teconsa. Eran los tiempos del ascenso al paraíso y en los que hizo una escala en la Libia de Gaddafi, donde promovió sin éxito un macrocomplejo de lujo en el que se invertirían 3.000 millones para construir 4.000 viviendas, un hotel de cinco estrellas, hospitales, una mezquita y hasta un puerto deportivo.

Ángel de Cabo ingresó en prisión preventiva en diciembre de 2012 y el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco le impuso una fianza de 50 millones de euros por el vaciamiento patrimonial de Viajes Marsans. El liquidador salió de la cárcel un año y medio depués.

El empresario confesó en prisión que el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán acordó con él el traspaso de Viajes Marsans para eludir el pago a sus acreedores a cambio de una entrega mensual de 100.000 euros hasta alcanzar los 5,5 millones de euros. Díaz Ferrán definió en enero a Ángel De Cabo como «gánster» que le hizo «veintantas mil fechorías».