La centenaria Aguas de Valencia volverá a tener capital cien por cien valenciano tras años de vaivenes accionariales y luchas por la gestión. Pese a que la familia Calabuig ya controlaba desde 2014 la firma, ayer anunció que ejecutaba la compra del último 33 % de la compañía en manos de catalanes y franceses prevista para 2017. Fomento Urbano de Castelló SA anunció que abona los 70 millones de euros que tenía pactados con Suez (que dispone del 75 % de Aguas de Barcelona) y Criteria (Fundación Bancaria La Caixa) para controlar ya el 97,35 % de la empresa que preside Eugenio Calabuig, explicaron las mismas fuentes. El 3 % restante está en manos de accionistas minoritarios.

El acuerdo de compra se formalizó en 2014 y su cumplimiento se hacía efectivo el próximo año. La familia valenciana ha decidido adelantar los plazos y quedarse con la parte que ya había acordado con los vendedores tras quedarse en ese año la parte que Caixabank tenía tras la compra de Banco de Valencia. Este momento de adquisición del banco valenciano por parte del Caixabank fue clave porque la familia Calabuig conseguía superar el 60 % de participación a través de Inversiones Financieras Agval (donde Fomento Urbano tiene el 50 %). Tras años de pugna con los franceses de Suez y el banco que presidía Isidro Fainé, Eugenio Calabuig conseguía hacerse con el mando de Aguas de Valencia.

Suez, que tenía el 18,5 %, y Criteria (sociedad instrumental patrimonialista controlada al 100% por la Fundación Bancaria la Caixa) „que participaba con el 14,51„, abandonan la empresa valenciana tras nueve años, desde su entrada en 2007.

En ese ejercicio, la firma Suez conseguía hacerse con el 33 % que tenía la también francesa Saur, por las que abonó 135 millones. Eran los años de expansión de Aguas de Barcelona, controlada por Suez y rival en el mercado del agua de la empresa valenciana. No han sido pocos los conflictos entre ambas empresas en los últimos años.

Entrada francesa

En los años de entrada francesa, Aguas de Valencia estaba controlada por Inversiones Financieras Agval, el vehículo que garantizaba por un 51 % la valencianidad de la firma, con el Banco de Valencia, Lubasa, Vicente Boluda y Fomento Urbano de Castellón SA, de la familia Calabuig, como principales accionistas.

Pese a la fuerte entrada extranjera, Aguas de Valencia continuó en manos valencianas y evitó la presencia de Suez en el consejo de administración. Para los inversores autóctonos, el sobresalto llegó cuando CaixaBank se quedó por un euro el Banco de Valencia.

La entidad fallida disponía de un 20,6 % de Aguas de Valencia, que sumado al de su socio en Aguas de Barcelona Suez podía comprometer el control de Eugenio Calabuig sobre la compañía.

Fue en ese momento, en 2014, cuando el empresario valenciano consiguió vía laudo arbitral quedarse con la parte que el banco tenía en Agval y controlar más del 60 % de la compañía. En esta ocasión el desembolso se estimó entre 40 y 65 millones.

El traspaso de títulos anunciado ayer cierra más de una década de enfrentamientos por el control de la empresa concesionaria. La intención de los Calabuig ahora es dar entrada a nuevos inversores valencianos de confianza, pero siempre manteniendo el control sobre la compañía, explicaron fuentes de la empresa.