La empresa valenciana Pineapple Technologies ha llevado a Apple a los tribunales porque le impide registrar su nombre. La firma de Cupertino alegó en la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Tecnología y Turismo que la denominación Pineapple podía confundir a los consumidores. La compañía cofundada por Steve Jobs insistió en la oficina de patentes en que para los consumidores de habla no inglesa la diferencia entre el término apple (manzana) y pineapple (piña) es irrelevante. El fundador de Pineapple, Álvaro Martínez, explicó que ahora han iniciado la vía judicial para defender sus derechos aunque les cueste, proporcionalmente, «más recursos y energía que al gigante de la manzana».
Pineapple Technologies presentó en enero de 2015 la solicitud del registro de marca comercial en la oficina de patentes. Cuatro meses después, la oficina suspendió el expediente por la oposición de Apple Inc., que defendió que las dos marcas entraban en conflicto.
Apple, a lo largo de su escrito de oposición, argumentó que tiene un amplio reconocimiento entre los consumidores de productos informáticos hasta el punto que «presenta un fuerte poder distintivo». La multinacional estadounidense incidió en que «a pesar de la presencia del término pine, es posible que el público interesado tienda a reconocer» su marca.
En el escrito de oposición, la compañía californiana comparó la actividad empresarial de las dos firmas y destacó que hacían los mismo. Álvaro Martínez lamentó la estrategia de Apple. «Claro que nuestras actividades abarcan las suyas porque ellos han intentado acaparar todo lo que tenga que ver con software y tecnología. Sin embargo, todavía no he visto un software como el nuestro. Parece que los de Apple ya no recuerdan el nombre de su Macintosh cuando prometieron a su dueño por aquel entonces que nunca entrarían en el mundo de la música. Quizá tienen miedo a que otros apliquen sobre ellos su propia medicina. En su escrito de oposición al registro de nuestra marca acompañan una retahíla de cifras de venta para demostrar lo grande que son ellos y lo pequeños que somos nosotros y por tanto consideran tener más razón por ello».
Pineapple replicó a la oficina de patentes argumentando que no existe posibilidad de confusión porque hacen cosas diferentes, «aunque englobadas dentro del enorme campo de la tecnología». La compañía valenciana insistió en que la fabricante del iPhone no puede acaparar todos los términos que contengan parcialmente su denominación. «Ni si quisiera se parecen nuestros logotipos salvo que ambos son frutas», apuntó Martínez.
Sin embargo, la oficina de patentas ha rechazado el argumento de la empresa valenciana, que ha iniciado la batalla judicial.
