La Comunitat Valenciana es la autonomía donde menos viviendas se financian para su adquisición. Tan es así que solo el 50,2 % de las transacciones de este tipo de inmuebles se formaliza mediante una hipoteca, según un informe sobre este sector elaborado por Bankia. La entidad financiera asegura que las autonomías con más inversión extranjera y demanda turística son las que muestran el menor porcentaje de compras financiadas y, por tanto, donde esas operaciones se formalizan más mediante el pago directo. Murcia, con un 60,2 %, y Canarias, con un 60,1 %, son las otras dos regiones con el dato más bajo.En el otro lado de la balanza se encuentran el País Vasco y Navarra, con el 99,1 % y el 88,4 %, respectivamente.
El informe pone de manifiesto también el aumento del atractivo de la vivienda en cuanto a opción de inversión, como consecuencia de la baja rentabilidad y la elevada volatilidad de otras posibilidades de obtener ventajas con el dinero propio. En los últimos doce meses, la rentabilidad media de la vivienda „en términos brutos de alquiler más plusvalía„ ha sido del 9,3 %. Se trata de un porcentaje ciertamente muy interesante, sobre todo si tenemos en cuenta que los depósitos a plazo fijo a uno o dos años tienen una rentabilidad prácticamente nula y la de los bonos del Estado a diez años en el mercado secundario apenas alcanzan el 2 %. La del Íbex 35, que agrupa a las principales empresas de la bolsa española, ha vivido en un carrusel durante estos años de crisis: rozó el 30 % en 2014 pero ahora se sitúa en torno al cero por ciento.
El informe constata que se han relajado las condiciones de financiación hipotecaria, con un incremento muy destacado en los contratos a tipo fijo, que en el segundo trimestre del año representaban el 20,6 % de las nuevas hipotecas, frente al 9,8 % de tres meses antes. Así, el tipo hipotecario medio del conjunto de entidades en vivienda libre sigue descendiendo y se encuentra en un valor históricamente mínimo del 2,01 %. Nada que ver con el aproximadamente 6,5 % al que llegó en 2009, en uno de los momentos más crudos de la crisis. Lo que va aumentando poco a poco es el plazo al que se conceden las hipotecas. En este segundo semestre de 2016 se encuentra en 23,1 años de media „277 meses„ cuando a mediados de 2013 había descendido a un mínimo de algo más de 250 meses, según el estudio de Bankia.
