La empresa valenciana Maderas Nobles de la Sierra de Alcaraz, que atrapó a 100 inversores de casas rurales, ha entrado en concurso de acreedores. La firma es del mismo dueño de la sociedad Maderas Nobles de la Sierra del Segura (MNSS) que entró en concurso el año pasado, provocando pérdidas a 3.000 personas que habían invertido cerca de veinte millones de euros en nogales y castaños. Los cien afectados por la suspensión de pagos de Maderas Nobles de la Sierra de Alcaraz (MNSA) son una parte de los inversores en la otra empresa.

El objetivo de MNSA era rehabilitar cortijos abandonados en las mismas tierras donde la empresa matriz plantaba nogales y castaños en Albacete como inversión. Los inversores de MNSS invirtieron en árboles en lugar de sellos o inmuebles para hacer crecer sus ahorros. Los plantones se situaban originariamente en Riópar y Alcaraz. A los interesados se les ofrecían distintos lotes de árboles cuyo cuidado y mantenimiento dependía de la empresa, que alrededor de 20 años después los talaba, vendía la madera y replantaba otros.

Los árboles debían aportar una plusvalía anual de entre el 7 y el 8 %. Sin embargo, las cosas empezaron a ir mal y Maderas Nobles de la Sierra del Segura entró en concurso con 1,4 millones de euros de créditos impagados y embargos de Hacienda, la Tesorería General de la Seguridad Social y varias entidades financieras por un importe similar.

La segunda empresa nació con la idea de que los inversores pudieran hospedarse en cortijos rurales cuando fueran a ver sus árboles, pero tras captar 700.000 euros nunca los llegó a rehabilitar.