El último movimiento en que se ha embarcado Air Nostrum, al montar una filial para explorar el negocio de la extinción de incendios, pone sobre el mapa un subsector aéreo que solo en la Comunitat Valenciana ofrece unos ingresos de unos cinco millones al año en contratos públicos. Es aproximadamente lo que se va a poner sobre la mesa en pocos días con los nuevos contratos que la Generalitat va a licitar para los helicópteros y aviones para extinción de incendios forestales.

El sector cuenta con pocos actores y, además, las contrataciones de la Generalitat para el servicio de aviones y helicópteros dedicados a la extinción de incendios y emergencias están siendo investigados por la justicia. En los últimos quince años los contratos de la Generalitat para estos servicios de helicópteros y aviones han sido siempre para dos empresas: Avialsa e Inaer Helicópteros.

A los concursos para las contrataciones millonarias solo concurrieron por lo general estas dos empresas. Un contundente informe de la Dirección General de Emergencias dirigido a la Comisión de la Competencia (CNMC) concluye que se violaron las leyes de la competencia, al concurrir siempre una empresa, y por el hecho de que ninguno de los operadores del sector «se hayan sentido en ninguna ocasión interesadas en operar en esta comunidad ni en ninguno de los concursos licitados por la Generalitat».

El nuevo Consell quiere que «aumente la concurrencia» de los concursos. Para ello los contratos van a pasar de plurianuales a un solo año; además se va a dividir en dos lotes, uno para hidroaviones y otro para aeronaves que cargan en tierra, ya que no son muchas las empresas que cuentan con anfibios.

Una treintena de empresas

En todo caso, pese a no ser un sector muy grande, existe un número considerable de firmas. La organización empresarias Aeca&Helicópteros, que asegura agrupar la casi totalidad del sector, cuenta con una treintena de empresas. Entre ellas aparecen operadores de helicópteros, como Rotorsun (Murcia), CoyotAir (Madrid), Aeronaves del Noroeste (Pontevedra), Hispánica de Aviación-Hasa (Madrid, 14 millones en 2014), Faasa Aviación (Palma del Río, Córdoba, 43,8 millones en 2014), Helicópteros del Mare Nostrum-Helimar, Sky Helicópteros o TAF Helicópteros, entre otros, además de adjudicataria valenciana Inaer Helicópteros, con unas ventas de 43,7 millones en 2015, según el registro mercantil.

A ellas se suman otras empresas especializadas en aeronaves de ala fija, como Trabajos Aéreos Espejo (Córdoba), Trabajos Aéreos Martínez Ridao, SAP (Sevilla), Trabajos Aéreos Extremeños (Badajoz), además de Avialsa, la valenciana que ha tenido los contratos de la Generalitat durante 15 años y facturó casi 14 millones en 2014.