El castellonense Enric Nomdedéu acaba de aterrizar en la política autonómica y, nada más llegar, ya ha puesto bastante alto a sus compañeros de gobierno del cap i casal el listón de la austeridad. Sobre todo en una conselleria que lleva la sostenibilidad en su ADN; de hecho, la abraza incluso en su propio nombre oficial: Economía sostenible.

El vicealcalde de Castelló con Compromís hasta hace pocos días y nuevo secretario autonómico de Empleo no es que deje de lado el coche oficial, incluso el propio: es que se desplaza directamente en transporte público y por su propio pie desde la capital de La Plana.

En pocos días ya se ha convertido en una estampa habitual y curiosa ver a Nomdedéu a primera hora atravesar en patinete la calle Colón. Cada mañana, coge el cercanías de Castelló y llega a la Estació del Nord en Valencia, donde se monta en el patinete hasta llegar al Servef, en la calle Navarro Reverter, donde tiene su despacho. Algo así como la foto del alcalde Joan Ribó entrando en bici al ayuntamiento, pero más urbano. Una imagen que ya era habitual en Castelló y que ha exportado a Valencia.

«Es una cuestión de conciencia y también de comodidad», reconoce Nomdedéu, que aprovecha el trayecto para mirar papeles. «Llego al despacho a las ocho y media, está cerca de la estación. Y por la noche apetece poco coger el coche cansado».

El nuevo responsable de las políticas de empleo tampoco abomina de los coches oficiales. «A veces pido coche oficial pero para desplazarme por Valencia», dice, pero «de mi casa al lugar de trabajo por mis medios».

Su conselleria, precisamente, la que está llamada a promover las políticas de sostenibilidad, ha protagonizado alguna polémica sobre este asunto. El propio conseller Rafa Climent ha estado durante algo más de un año manteniendo su residencia en Muro de Alcoi. Ningún problema, salvo que ha recurrido al coche oficial para acudir al trabajo: cuatro viajes al día para recogerlo y para devolverlo al final de cada jornada, lo que despertó las quejas incluso de la plantilla de chóferes por el esfuerzo extra al que obligaba.

Es un trayecto considerable. Hay más de una hora de carretera, con un gasto que para un coche normal (no para los vehículos oficiales de alta gama), podría rondar los 5.500 euros al año en combustible, con un cálculo a la baja.

El viaje del coche oficial también servía en ocasiones a parte del equipo de la conselleria, que orbita en torno al núcleo de confianza del conseller en esa comarca, principalmente su antiguo jefe de gabinete hasta hace poco, Rafa Carbonell. En aquella comarca también residen asesores y la responsable de Ivace, Julia Company, y el nuevo jefe de gabinete, Pep Jordà.

En cualquier caso el conseller, coincidiendo con el arranque del curso político, se ha instalado en Valencia. Ha alquilado un piso en la ciudad, donde se ha trasladado con su familia. En correspondencia, sus retribuciones se han incrementado en 8.942,77 euros anuales en concepto de indemnización por residencia. Es una figura regulada desde 1995 por acuerdo del Consell para compensar a los altos cargos que necesiten cambiar su residencia habitual como consecuencia del nombramiento.

El coche oficial ahora solo para los actos públicos

Desde el verano, concretamente en agosto, el conseller y su familia están viviendo ya en Valencia. En esa línea, el uso del coche oficial se ha reducido al desplazamiento a los actos oficiales, según apuntan desde su equipo. Ha sido un año en que el ritmo frenético de viajes que requería el conseller hizo que incluso desde la plantilla de chóferes del Consell surgieran protestas reclamando un incremento. La dirección general de Patrimonio asumió la posibilidad de revisar al alza sus salarios. Han sido cuatro viajes al día (dos para recogerle y dos de regreso) durante un año.