El balance de situación de una empresa nos puede dar mucha información financiera sobre esa organización y nos va a ayudar a tomar decisiones de cara al futuro en cuanto a contratación y colaboración.

El balance muestra la situación financiera de una empresa en un momento determinado. Si lo analizamos respecto a nuestra empresa nos ayudará a ver si podemos invertir, cuánto y en qué momento, y si se trata de otra empresa podremos analizar su situación y tomar la decisión de contratar o no con esa organización.

Concepto de balance de situación

El balance de situación de las Cuentas Anuales es un documento financiero que contempla los activos, los pasivos y el patrimonio neto de una empresa.

Si se compara el balance de situación de una empresa en la actualidad y hace unos meses o años, podremos comparar la situación de la empresa y ver si ha mejorado o ha empeorado, por eso es recomendable actualizar el balance al menos una vez al año.

Por ese motivo, se considera que un balance de situación es como una radiografía de una empresa que indica la liquidez de los activos o la posibilidad de convertirlos en dinero, o muestra la calidad de los pasivos, es decir, el periodo de vencimiento de las deudas de la empresa (corto, medio o largo plazo).

Durante la crisis económica muchas empresas han tenido que atravesar situaciones muy difíciles en las que tenían muchas deudas que vencían a corto plazo y poca liquidez. Esto ha supuesto que muchas empresas tuvieran que cerrar o declararse en concurso de acreedores.

Elementos del balance

Tal y como se deriva del concepto de balance, éste tiene tres elementos básicos:

Los activos. Se refieren a los medios económicos con los que cuenta la empresa. Se puede diferenciar entre activos fijos o inmovilizados, que son recursos de duración permanente como los ordenadores y los vehículos de la empresa; y los activos corrientes o circulantes, que tienen una duración a corto plazo y pueden ser las existencias, las deudas de clientes, el dinero en efectivo de la empresa etc.

Los pasivos. Son las obligaciones o deudas que una empresa tiene con terceros (empresa, bancos, trabajadores etc.). Se clasifican en corrientes y no corrientes según en plazo que se tenga para cumplirlos.

El patrimonio neto. Se compone por los desembolsos de los accionistas de la empresa, más las reservas y los beneficios repartidos.

En general, el activo corriente debe ser mayor que el pasivo corriente para que la empresa no tenga problemas de liquidez a corto plazo. Sin embargo, debemos tener en cuenta el sector en el que desarrolla su actividad cada empresa.

Por otro lado, el patrimonio neto debe ser también una parte importante de la estructura de la empresa, aunque también este aspecto depende del sector de actividad en el que trabaje la empresa analizada. El total del activo debe ser siempre igual al total del pasivo más el patrimonio neto.

Si quieres ver las partidas del balance y las pérdidas y ganancias accede al Ranking de Ventas de las Empresas Españolas.