El informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas Europeo sobre los puertos de la UE -donde se revela que existe «mucha inversión ineficaz e insostenible» y cuestiona la ampliación del puerto de Algeciras, que perjudica al de Valencia- también denuncia el seguimiento por parte de la Comisión de la prácticas de control aduanero de los Estados miembros que «no cubren información fundamental».
Esa falta de homogeneización de controles en Aduanas ha jugado una mala pasada al puerto de Valencia, ya que esos costes tributarios han sido en estos últimos años entre un 15-20 % superiores a la media del sector. Así, han hecho perder mercancías procedente de China al desviarse buques hacia otros recintos más baratos de la Unión Europea.
El organismo fiscalizador de la cuentas del Ejecutivo comunitario advierte que varios Estados miembros como Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Reino Unido, Finlandia o Suecia «renunciaban sistemáticamente a la obligación de notificar a las autoridades aduaneras la llegada de las mercancías o la intención de despacharlas». En ese sentido, indica que recintos como Hamburgo y Rotterdam «despachaban a libre práctica». El Tribunal de Cuentas critica que el puerto holandés -el de más tráfico de Europa- lleve controles «al azar y sin verificar».
