El grupo dedicado a la bollería industrial Dulcesol continúa buscando nuevas fórmulas para elevar su cuota de facturación en el extranjero. Uno de los últimos movimientos va dirigido a los países del norte de Europa. Dulcesol está ampliando su granja de huevos, desde la que cubre el 85% de sus necesidades para elaboración de bollería.

El objetivo es crear una pequeña nave anexa donde las gallinas puedan campar, sin jaulas, y obtener así huevos camperos con los que satisfacer las exigencias de bienestar animal de los países del norte de Europa. Se trata de un mercado que el gigante de la bollería con sede en Gandia quiere potenciar.

En estos momentos, Dulcesol tiene poco presencia en países como Alemania o Finlandia, y se están sondeando estos mercados donde sobresale la demanda de productos más naturales y de cultivo ecológico, y donde el consumidor tiene mayor exigencia de estándares de bienestar animal y más respetuosos con los procesos de producción. También son países con un nivel de vida más elevado y dispuestos a pagar más por estos productos.

Según apuntan desde la compañía, la inversión es esta ampliación de la granja es de entre 300.000 y 400.000 euros; y la única diferencia respecto al resto de animales es que no tendrán jaula. La alimentación será la misma.

«A parte de la experiencia de Argelia [donde Dulcesol cuenta con una planta], ya nos dimos cuenta hace unos años de que para vender fuera era mejor seleccionar unos pocos mercados y enfocarnos en ellos. El nuestro es un producto perecedero, que viaja mal y tiene problemas logísticos importantes. Avanzamos muchos al enfocarnos en los mercados», explicaba el consejero delegado Rafael Juan, en un reciente desayuno sobre la innovación en el sector de la alimentación celebrado por Levante-EMV y Carrefour.

«Tenemos que invertir mucho y tener una estrategia distinta en que cada mercado. En los países nórdicos, por ejemplo, se da importancia a los ingredientes, todo es mucho más natural, con más respeto del medio ambiente. Estamos construyendo ahora una nave pequeña con gallinas sin jaula solo enfocada a los países del norte de Europa, que piden esos productos», añadió.

Crecen las ventas al exterior

Dulcesol, que controla todo el proceso de producción, cuenta desde hace años con una filial de granjas en Terrateig dedicada a la producción de huevos, en la que dispone de medio millón de gallinas. Hace poco realizó una inversión de cuatro millones de euros para ampliar las instalaciones.

El grupo de bollería cerró 2015 con unas ventas de 303 millones de euros. La exportación, que está creciendo de forma exponencial en los últimos años, ya supone el 13,2% de la facturación, y la red comercial de la compañía alcanza ya a casi 40 países.