La dirección de Bonnysa Agroalimentaria ha anunciado la puesta en marcha de un procedimiento de despido colectivo en su centro de trabajo de Maset (ubicado en Mutxamel) -que emplea a un centenar de trabajadores en sus instalaciones- «dada la difícil situación que actualmente viene atravesando la compañía», que en el año 2013 inició la desvinculación como proveedor de Mercadona.

El expediente de regulación de empleo (ERE) de Bonnysa Agroalimentaria para extinguir puestos de trabajo, en vísperas de constituir la comisión negociadora con los representantes sindicales, afectará, según informan los responsables de la mercantil agroalimentaria con cuartel general en Mutxamel a «un único centro de trabajo de la compañía, que es el conocido como Maset». El citado centro aglutina a un 90 % de la plantilla fija y un 10 %, eventual. Se dedicada al envasado de plátanos, kiwis y dátiles, entre otros productos.

Fuentes sindicales aseguran que el ERE de extinción, del que todavía no se ha concretado su alcance, deja en el aire el futuro del citado almacén, cuya actividad podría cesar y parte del personal ser recolocado en otras empresas.

El proceso de desenganche de Bonnysa como interproveedor de frutas y hortalizas de Mercadona está pasando factura a la empresa agroalimentaria presidida por Jorge Brotons. Después de varios ERE y un plan de refinanciación de 85 millones de euros, una entidad financiera de ámbito nacional acaba de poner en venta casi medio centenar de activos cuyos titulares son diversas sociedades vinculadas con Bonnysa, tal como avanzó este diario el pasado mes de junio.

El precio de venta global de estos inmuebles (solares industriales, viviendas y suelos rústicos)se aproximan a los 55 millones de euros y la mayoría de los activos ubicados en municipios de la provincia de Alicante como Agost, Campello, Mutxamel y Xixona, entre otros. Además, también se han puesto a la venta fincas implantadas en Alzira, Sevilla y Cartagena. Además de Mutxamel, Bonnysa, constituida en el año 1956, tiene sedes corporativas en Murcia, Tenerife y Almería. Durante su etapa como interproveedor de Mercadona esta corporación hortofrutícola llegó a facturar 176 millones de euros (campaña 2012/2013) y contaba con una plantilla de 3.000 trabajadores en toda España. Desde entonces, tanto su cifra de negocio como de personal han disminuido.