El frenazo del comercio internacional ya es una realidad para la economía valenciana, que ha acumulado años de crecimiento ininterrumpido. Tras la caída de las ventas al exterior en julio (-14%), los datos de agosto conocidos ayer confirman el frenazo. Hubo crecimiento neutro, del 0%: se vendió los mismo que el mismo mes del pasado año, 1.609 millones. Las exportaciones han tocado techo.

No es un mal dato, teniendo en cuenta el contexto exterior o que en 2015 agosto ofreció un crecimiento disparado del 25%. «La curva al final tiende a aplanarse, no hay capacidad de producción ilimitada ni de consumo ilimitado en el mundo. Está habiendo quiebra de navieras. Seguimos siendo muy activos pero también se nota», apunta José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Comercio.

La cifra de agosto, en todo caso, contrasta con la del conjunto de España, que sí ofrece un crecimiento del 9%. La valenciana, segunda exportadora tradicionalmente, fue la quinta, adelantada por Cataluña, Madrid, Andalucía, País Vasco y casi por Galicia. Todas crecen.

Entre las claves que explica el frenazo del crecimiento de las ventas está el parón del automóvil, sector que siempre tira de las exportaciones y que ha notado la caída de la demanda, como ya ha anticipado Ford con sus recortes de producción. Especialmente el subsector de componentes del automóvil (-20,9%). Y también de la alimentación (-4,9%).

Entre los sectores tradicionales, el calzado ha visto reducido un 23,5% sus ventas; el mueble crece casi un 16% y solo el sector de los productos químicos continúa creciendo a dos dígitos: un 20%.

En cuanto a las áreas geográficas, los datos de agosto confirman definitivamente el impacto del brexit, con una caída del 17,4%, y pierde su condición de segundo cliente. También en esos meses se produjo una apreciación del euro respecto al dólar que ha perjudicado a la ventas a determinadas regiones.

Saldo comercial negativo

Por otro lado, durante agosto también se contrajeron las importaciones, casi un 2%. Ese dato dejó por primera vez en mucho tiempo un saldo comercial deficitario de 60 millones de euros, en contra de la habitual balanza comercial positiva de la Comunitat Valenciana (más ventas que compras).

En cuanto al acumulado enero-agosto, las buenas cifras de los primeros seis meses del año continúan arrojando un balance positivo. En los primero ocho meses las exportaciones crecieron un 4,7%, cuatro veces más que en España.