La recuperación de la oveja guirra, raza autóctona valenciana, ha ocupado buena parte de las últimos veinte años de actividad profesional de Regina Monsalve, labor que ha merecido uno de los ocho Premios Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales de España de 2016, otorgados por el Ministerio de Agricultura. El trabajo de esta ingeniera técnica agrónoma comenzó en el año 1998 y hasta la fecha ha conseguido que esta especie animal en peligro de extinción cuente con 5.600 ovejas madres -casi el doble que hace dos décadas- y también ha impulsado 6.000 hectáreas de pasto en custodia. Todo ello bajo la producción de ganadería ecológica. Gracias a sus iniciativas y el apoyo del IVIA la oveja guirra ya no está en peligro de extinción, su carne es muy valorada y cuenta con la marca «Calidad CV».

Monsalve, que preside el Colegio de Ingenieros Agrícolas de Valencia y Castelló, puso en marcha en 2011 la Asociación de Ganaderos Valencianos de Cordero de Pasto,para reforzar la competitividad de las explotaciones de raza guirra, estirpe que debe su nombre al color rojo de la piel y del pelo. Según los expertos posee una serie de cualidades que la convierten en especial debido a la carne y la leche.

Recuperación de vías pecuarias

Monsalve ha contribuido a la valorización del entorno donde se ubica la ganadería, localizada en Ayora. Además, ha impulsado la recuperación de vías pecuarias y la conversión de fincas ganaderas en referentes de desarrollo sostenible y de la llamada «economía circular», donde «todo lo que sale de la tierra y vuelve a ella», destaca esta emprendedora. «Son granjas y cultivos que alimentan el ganado, luego se obtiene estiércol como abono para la explotación y no hay insumos que contaminen en ninguna fase esa producción. Eso es bioeconomía», apunta.

También la ingeniera técnica agrícola Susana Gordo ha sido galardonada por el Gobierno de España por el desarrollo de un proyecto de agricultura ecológica gestionado íntegramente por mujeres y materializado en Masía Ana, una finca hortícola ubicada en Alcossebre. Se trata de una explotación de propiedad familiar puesta en valor por esta mujer emprendedora y que ha apostado por una producción 100 % ecológica. Desde allí envían a domicilio cestas de productos de temporada cultivados en sus tierras, fomentando el llamado «consumo de kilómetro cero».

Susana Gordo, que ya piensa en poner en marcha una mercantil para canalizar sus negocios futuros, acumula una década de experiencia laboral como técnico de calidad citrícola en cooperativas y comercios privados de la Comunitat Valenciana. Otra de sus líneas de trabajo es la labor educacional, que realiza organizando visitas a la finca para mostrar sus cultivos y metodologías de trabajo y que incluyen la recuperación de variedades locales de hortalizas y frutales.

«Estos premios muestran que nosotras también apoyamos el desarrollo del medio rural a través de proyectos innovadores y de modernización del sector agroalimentario que impulsen la actividad económica, creen empleo y fijen población en nuestros pueblos; además de contribuir a la diversidad biológica y a la protección del medio ambiente», explica Monsalve.