El incremento de actividad en una de las tres grandes terminales de contenedores del puerto de Valencia -la de TCV, adquirida recientemente por la multinacional de origen danés AP Møller-Maersk Group- está jugando una mala pasada al sector del transporte terrestre que opera en el recinto del Grao. Durante estos dos primeros días de la semana, los camiones que acuden al muelle de Levante están sorportando colas kilométricas que bloquean el interior del puerto y provocan retrasos de hasta dos horas, segun indicaron ayer a este diario fuentes portuarias y de Transcont, principal asociación de de transportistas autónomosde este enclave.

Unos 2.000 camiones operan a diario en todas las áreas del emplazamiento marítimo presidido por Aurelio Martínez y los retrasos tienen que ver también con el trasvase interno entre terminales de los contenedores que han dejado los últimos buques de Hanjin, la naviera surcoreana en bancarrota que en breve desmantelará su base en Valencia. A finales de mes está previsto que escale otro buque de la naviera en el Grao, donde se ha acaparado la mayor parte de las ultimas operaciones de Hanjin en el Mediterráneo. Este nuevo caos -mientras las terminales se plantean reforzar los servicios- se produce poco tiempo después del desembarco del grupo Maerks en TCV, una operación de gran calado para el futuro del tráfico marítimo del Mediterráneo, pues sitúa a APM Terminals y su aliada Maersk en una posición de privilegio al contar con muelles propios en el Grao, cuyas instalaciones aportan un tráfico de 1,1 millónes de contenedores cada año, que supone una cuarta parte del total de la Autoridad Portuaria de Valencia.

A pesar de los anuncios hechos por la terminal para paliar la situación, los autopatronos mantienen que hay una serie de causas que hacen imposible que esas medidas surjan efecto. Desde Transcont denuncian que es la propia terminal la que prioriza la atención al buque frente al camión y tachan de «irresponsable» a la propia área de carga y descarga de mercancías al «admitir más trabajo del que puede gestionar"».

APM Terminal prevé crecer hasta un 10 % en el puerto de Valencia (donde instala dos nuevas grúas), si bien los nuevos propietarios de la terminal de contenedores de Grup TCB priorizan las inversiones en Barcelona. La multinacional holandesa se ha hecho con el 100 % del grupo de terminales portuarias y ferroviarias TCB, una operación valorada en 911 millones de euros, tras el visto bueno de Competencia.