La empresa valenciana Mecanizados SA, dedicada a la maquinaria industrial, está preparando una oferta que hará efectiva en los próximos días para montar en Cuba una planta de fabricación de placas solares. El país caribeño quiere ganar independencia energética y se ha propuesto un ambicioso plan de inversiones hasta 2030. En este proceso de apertura tras el acuerdo con EE UU, las empresas valencianas están trabajando en hacerse un hueco en este mercado.

Mecanizados SA, una empresa de larga trayectoria y auxiliar del automóvil que opera en el parque de proveedores de Ford, es una de las firmas valencianas que ha participado en la reciente misión comercial al país caribeño encabezada por Ximo Puig.

La relación de esta empresa con la isla, en cuaquier caso, no es nueva. Según explica Joaquín Mínguez, responsable de esta firma familiar, Mecanizados es proveedora de la isla desde hace tiempo, concretamente con componentes de repuesto para la industria agroalimentaria.

Y también han estado vinculados a la industria energética desde hace tiempo. De hecho, producían maquinaria para Siliken, la firma valenciana que fabricaba paneles y echó el cierre hace tres años.

Respecto al proyecto cubano, según explica Mínguez, es la industria china la que se ha hecho con el sector fotovoltaico en los últimos años, pero las autoridades no terminan de estar satisfechas y están buscando nuevos proveedores. En este contexo, la empresa trabaja desde antes del verano en los contactos comerciales y en un par de semanas se formalizará una oferta. De conseguirlo, sumistraría la maquinaria para montar una fábrica de laminación de placas solares. En el proyecto también está involucrado el Ministerio de Economía español, ya que el proyecto, de ir adelante, estará financiado con Fondos de Internacionalización de la Empresa (FIEM).

Al margen de esto, la empresa especializada en maquinaria de precisión está desarrollando unproducto propio que consiste en una potabilizadora de agua que puede ser de aplicación en operaciones militares, misiones humanitarias y zonas catastróficas, según explica el propio Mínguez.

De hecho, este proyecto ya ha generado el interés del Observatorio Tecnológico de Defensa, con el que la empresa ha mantenido una reunión. En el diseño, que también cuenta con la participación del centro tecnológico Ainia, se están potenciando tres características. Por un lado, se trata de una infraestructura portátil, con un tamaño adecuado para su transporte en camión o helicóptero.

También es modular, de modo que pueden acoplarse unidades dependiendo de la población a la que haya que dar servicio. Y en tercer lugar, explican desde Mecanizados, este diseño mide calidad del agua en tiempo real. Finalmente, destacan su eficiencia energética, dado que su aplicación está destinada a contextos con el suministro muy limitado.

En estos momentos, el grueso de la producción de potabilizadoras de este tipo son de fabricación americana e israelí. El objetivo de la empresa es tener un prototipo en unos meses, para mediados de 2017, con el que captar la atención de instituciones privadas o públicas, como las Fuerzas Armadas.