El grupo ESK, la empresa que dirige el presidente de la patronal valenciana del transporte, Francisco Corell, regresó el año pasado a los beneficios después de las pérdidas de 175.617 euros registradas en 2014. Al cierre de 2015, la compañía había obtenido unas ganancias de 318.858 euros. De esta última cantidad, 100.000 euros se repartieron en dividendos, 43.240 fueron a reservas y el resto se destinó a cubrir los números rojos del ejercicio precedente.

La mejora de los resultados se produjo a pesar de que ESK, con sede en Albuixech y dedicada al transporte nacional e internacional de productos petrolíferos, experimentó un ligero recorte en su volumen de negocio, que pasó de 14,42 a 14,34 millones de euros entre 2014 y 2015. La compañía asegura que el ejercicio fue de «altos y bajos», dado que «iniciamos el año con un incremento de actividad atípico durante el primer trimestre por el transporte de etileno», pero «se terminó a partir del mes de marzo el transporte de propileno, con la pérdida importante de facturación que ello supone». Por otra parte, «obtuvimos la adjudicación de un contrato con un nuevo cliente en el segundo trimestre y, después del verano, recibimos la noticia de la venta de los canalizados de Repsol Butano; a finales del año fuimos adjudicatarios de un nuevo contrato con Gas Natural Fenosa».

En el mismo período, la compañía prácticamente duplicó su endeudamiento, que roza los seis millones de euros y que en su mayoría está contraído con entidades de crédito. La deuda a largo plazo pasó en un año de 1,7 a 3,8 millones, mientras que la de a corto plazo se incrementó de 1,11 a 2,01 millones. Paralelamente, también aumentó el importe de lo que adeudan a ESK sus clientes: de 2,89 a 4,09 millones. La compañía atesora unas reservas de 8,1 millones, apenas 300.000 euros menos que en 2014.

Por otro lado, los miembros del consejo de administración se repartieron el año pasado 242.374 euros, una cantidad prácticamente idéntica a la del ejercicio anterior. Asimismo, la empresa dirigida por el también vocal del comité ejecutivo de la patronal valenciana CEV cerró el último año con una plantilla de 139 trabajadores, la mayor parte de los cuales (92) son conductores. En 2014, los empleados ascendían a 127, lo que implica que ha habido doce incorporaciones.