El presidente de la patronal valenciana del metal Femeval, Vicente Lafuente, expresó ayer públicamente una queja nada habitual entre los empresarios: La reforma laboral de 2012 está extendiendo la precariedad laboral al permitir que los convenios de empresas multiservicios se impongan sobre los convenios sectoriales cuando son contratadas por firmas del metal. El resultado son salarios mucho más bajos. Y competencia desleal.

En el blog que publica todos los meses en la web de Femeval, Lafuente asegura que no cuestiona la legitimidad de los convenios de empresa, pero añade que «lo que sí me preocupa es que la normativa permita negociar condiciones salariales que rozan la precariedad. En concreto, me refiero a la más que creciente proliferación de nuevas empresas, sobre todo de servicios de mantenimiento e instalaciones, que están aprovechando la prioridad aplicativa que les otorga el Estatuto de Trabajadores respecto del convenio sectorial estatal para retribuir a sus empleados con sueldos muy bajos». El objetivo, según afirma, no es otro que «abaratar sus costes de revisión para ser más competitivos, y con ello ganar cuota de mercado».

Lafuente explica que el convenio colectivo estatal del metal abarca a todo el territorio español y afecta a todas las empresas y trabajadores de la industria, tecnología y servicios del sector, por un lado. Por el otro, las empresas que por cualquier tipo de contrato desarrollen actividades del sector también están afectadas por ese ámbito funcional, aunque ninguna de esas actividades sea la principal o prevalente. En los dos casos, a los trabajadores afectados se les aplican las tablas salariales que les corresponden.

Sin embargo, «a raíz de la última reforma laboral [de 2012], la situación ha dado un giro al permitir expresamente la concurrencia del convenio de empresa con el de sector». El problema es que los salarios en esas empresas están muy por debajo del que fija el convenio del metal. De ahí la precarización.

Lafuente citó, en conversación con este diario, un caso que ya se ha dado, aunque no desveló el nombre de las empresas. Una mercantil con 90 empleados despidió a 70 y subcontrató el trabajo que realizaban esas personas, con un coste inferior, a una compañía multiservicio, que ofrece una variedad muy amplia de labores, desde seguridad a limpieza pasando por climatización, entre otras. Mientras los exempleados podían ganar unos 1.200 euros mensuales, los trabajadores de la empresa multiservicio se quedan en 600 o 700. Con el ahorro, el empresario pudo costear buena parte de las indemnizaciones.

Asegura el presidente de Femeval que, «de un tiempo a esta parte, se han abierto las puertas a la negociación de pactos de empresa que empeoran las condiciones del convenio estatal. Y por mucho que diga este último, el Estatuto de Trabajadores legitima, si me permiten la expresión, trabajar como "chinos" en España si eres capaz de acordarlo con tus trabajadores». Y añade: «Mi preocupación se extiende, por tanto, a la competencia desleal que se está generando, al hecho de que a profesionales cualificados no se les retribuya con salarios dignos, o a la pérdida de calidad de los servicios prestados porque se contrate a gente con poca cualificación que acepta esos sueldos cercanos al umbral de la pobreza. Y todo ello "legalmente"». Lafuente concluye que desde Femeval «no queremos trabajadores que resulten baratos, sino trabajadores productivos con unas retribuciones dignas».