La C. Valenciana se encuentra en unos niveles de eficiencia en la gestión del agua que le permite utilizar el 84% del agua que se vierte en la red, cuando en Europa la media se encuentra en el 70%, aproximadamente. Las fugas de agua se han minimizado hasta el punto de solo perderse el 16% de recursos.

Así se produce al menos en la infraestructura gestionada por la empresa Hidraqua, que ayer celebró en Torrent la segunda edición del congreso internacional sobre la responsabilidad social empresarial (Okkos), organizado por la propia Hidraqua y Aigües de l'Horta.

Según explicó su director general, Francisco Bartual, en algunas ciudades están alcanzado un grado elevadísimo de eficiencia. En el caso de Benidorm, donde Hidraqua trabaja desde hace tres décadas. Hoy suministran un 25% menos de agua pese a que la población se ha duplicado respecto a la que era entonces. También la mejora de la eficiencia en Alicante capital ha permitido reducir los recursos a la mitad: de 220 a 110 litros persona/día.

En general, la mejora en reutilización (depuración para el riego, por ejemplo), las mejoras en la red a través de inversión en búsqueda de la eficiencia, y el uso de fuentes alternativas, como los lavapiés que usan agua de mar en zonas de playa, han permitido a Hidraqua ahorrar en la C. Valenciana 36 millones de metros cúbicos en 2015. Eso son 14.300 piscinas olímpicas.

«Buscamos evitar que se pierda una gota de agua», explicó Bartual en la conferencia inaugural de la jornada. En su opinión, la RSC «no es patrimonio de las grandes compañías». Bartual alertó sobre algunos de los retos de futuro medioambientales. La población mundial se ha triplicado los últimos 70 años, pero el consumo se habrá sextuplicado en 2030. También necesitaremos un 35% más de energía y un 30% más de agua. En 2050, un cuarto de la población vivirá en zonas con escasez de agua.

La jornada sobre RSC celebrada ayer, que reunió a unas 400 personas, contó además con la participación de empresas como Coca-Cola, Ikea, Baleària, Correos, ONCE, Iberdrola y Johnson and Johnson. Desde Iberdrola destacaron el código ético de obligado cumplimiento para los empleados y proveedores. También recalcó que el 36% de sus consejeros son mujeres, el doble que la media del Ibex 35, y por encima de la media europea (20%).

Desde Correos, por su parte, abundaron en la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Y también destacaron el apoyo a iniciativas para el desarrollo postal de países desfavorecidos. El Grupo Ilunion, que reúne a las empresas de Once y su fundación, abordó el impacto social de sus negocios, con 31.696 empleos directos, y 753 millones de facturación, en 41 firmas de lavandería industrial, 25 hoteles, 85 tiendas en hospitales, un contact center y hasta un proveedor de Ford.

Ikea, por su parte, destacó la apuesta por la venta de productos sostenibles, como los grifos que regulan el caudal o las bombillas Led. También la ambición de, en 2020, elaborar sus productos con madera 100% FSC, es decir, procedente de bosques de gestión responsable. Así como la inversión en energías renovables (el grupo ya está en el 55% de todo el consumo) y las negociaciones con sus proveedores chinos para reducir la jornada semanal a 60 horas. «Es un paso», afirmó Arturo García.