«La lluvia ha causado más daños que beneficios en el sector agrario». Así de contundente se mostraba ayer José Carlos Martínez, secretario general de la Unió de Llauradors en la Ribera Alta, al hacer balance de los episodios de lluvia que han azotado la comarca en los últimos días. Tras una jornada con granizo coincidiendo con la manga marina que se formó frente a la costa de Sueca y la sucesión de precipitaciones durante más de una semana, el campo sufre las consecuencias negativas del temporal. Pero será el único problema en el sector.
CCOO y UGT han convocado una huelga durante la próxima semana en el sector de almacenes de confección, que emplean a unos 60.000 trabajadores, debido al bloqueo del convenio colectivo. Esta movilización afecta la actividad en la temporada alta, ya que en esos días se preparan unas 200.000 toneladas en las industria de envasado y distribución de la Comunitat Valenciana. Si se materializan los paros, la patronal amenza con llevarse la producción a Murcia y Andalucía y considera irresponsable el paro del 15 al 21 de noviembre, según fuentes del Comité de Gestión de Cítricos.
Como ya adelantó Levante-EMV, la aparición del «pixat» en las clementinas fue el primer problema derivado del exceso de agua para la agricultura comarcal. Según Martínez, este problema se extenderá a más variedades de cítricos y también afectan a otros cultivos como el caqui o las verduras.
Los daños ya eran considerables hace apenas unos días en el sector de los cítricos y, según augura Martínez, «ahora se van a multiplicar». Tras periodos prolongados de lluvias, los primeros rayos de sol hacen aparecer en la naranja el fenómeno conocido como «pixat». «Ya sabíamos que la clementina lo tendría complicado, pero estoy convencido de que el problema se extenderá también a navelinas o salustianas», explicó.
Martínez indicó que las consecuencias negativas del sector citrícola se extenderán a otras ramas agrarias: «Si hablamos de las cosechas de verduras y hortalizas también se verán afectadas por el exceso de humedad; incluso el caqui, ahora mismo se llevan diez días en los que no se ha podido recolectar nada y la fruta se queda ahí, madurando en exceso, y al final termina cayendo del árbol».
Pese a que el temporal de lluvias ha llegado a su fin, y ya únicamente se esperan algunas precipitaciones residuales, los problemas se suman para un sector que no logra levantar cabeza: «Para colmo, cuando deja de llover, el clima sigue siendo húmedo, el viento sopla de levante en vez de poniente y eso hace que la humedad se mantenga en la fruta», sentenció Martínez.
El mercado reacciona
Con todo, hay variedades que se verán favorecidas por los efectos del temporal. Según explicó Bernardo Ferrer, vicepresidente segundo de AVA, aunque las clementinas «son las reinas de la campaña a estas alturas del año, hay otras naranjas y mandarinas que se ven tremendamente beneficiadas, como es el caso de clemenvillas o hernandinas, al no verse afectadas por los daños.
