El progresivo vigor del turismo y un mercado inmobiliario con sobreoferta han decidido a la plataforma online Housers a apostar con fuerza por invertir en Valencia, donde en estos momentos está negociando la adquisición de cuatro céntricos edificios para destinarlos a apartamentos turísticos, según explicó a este diario el cofundador y director general de la compañía, el valenciano Tono Brusola.

Housers es un firma especializada en la adquisición de inmuebles a través de crowdfunding, es decir mediante pequeñas aportaciones de muchos inversores (un mínimo de 50 euros). Los edificios, viviendas o locales comprados, generalmente a buen precio, son rehabilitados y puestos en alquiler, que es de donde surgen los dividendos que reciben quienes participan en la operación. En algunos casos, los inmuebles son puestos a la venta al cabo de un tiempo y ese dinero también se reparte. La plataforma dispone en estos momentos de 78 inmuebles, de los que 67 ya han sido financiados a través de crowdfunding. Opera en tres municipios: Madrid (donde tiene la mayoría de viviendas, con 53), Barcelona y Valencia. En esta última dispone de cinco pisos (uno de ellos en la céntrica calle Xàtiva) y un local, los seis alquilados. En ellos han participado 781 inversores únicos, que se reparten 1.872 euros al mes.

Progresión

Tono Brusola explicó que «apostamos por Valencia porque el crecimiento del turismo en la ciudad es brutal y vemos que, a diferencia de Barcelona o Madrid, hay una progresión enorme en el mercado de los apartamentos turísticos». Además, como la ciudad ha sufrido la crisis con mayor énfasis que las otras dos capitales, «hay sobreoferta y, por tanto, los precios son bajos, lo que permite comprar barato y obtener buenas rentabilidades porque los alquileres son similares al de otras ciudades y las ventas son más caras». El propósito es adquirir edificios que puedan ser destinados íntegramente a apartamentos para turistas y que estén gestionados por empresas especializadas en este servicio. El rendimiento final se reparte entre los inversores, claro. Housers tiene encima de la mesa cuatro operaciones, dos de las cuales podrían estar cerradas a finales de febrero, según Brusola, quien añadió que las compras individuales se sitúan por encima de los 2,5 millones de euros, aunque el coste final alcanza los cinco con la rehabilitación. Además de estas adquisiciones, Housers, que este año se expandirá a Palma de Mallorca, Portugal e Italia, está analizando la compra de otras cuatro viviendas en Valencia.

Por encima de los 50 euros, la inversión es ilimitada, aunque la media por participante se sitúa en los 800 euros por proyecto, de tal forma que el inversor medio lleva acumulados unos 6.000 euros. El retorno llega a un 10 % anual: un 4 % por los alquileres y entre un 4 % y un 6 % por las ventas. Brusola y su socio Álvaro Luna, madrileño, poseen más del 50 % de Housers. El resto está en manos de fondos de capital riesgo. La empresa lleva invertidos 180.000 euros en todos los proyectos que ha promovido.