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La patronal CEV planea convertirse en autonómica tras la quiebra de Cierval

Los dirigentes de la organización provincial ya trabajan en un escenario futuro sin sus homólogos de Castelló y Alicante en el que tendrán que negociar con CEOE y la Generalitat su reconocimiento - Pretenden salvaguardar la figura de González

La patronal CEV planea convertirse en autonómica tras la quiebra de Cierval

Los dirigentes de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) tienen tan escasas expectativas de que la patronal autonómica Cierval pueda salvarse „por las enormes deudas de sus homólogos de Castelló, la nula capacidad financiera de los de Alicante y las constantes trabas que ambos grupos ponen a una solución acordada„ que ya están pensando en el futuro del mundo empresarial valenciano cuando desaparezca Cierval, en preconcurso de acreedores desde el pasado mes de diciembre.

Los responsables de la patronal provincial de Valencia, que se encuentra saneada gracias a la política desarrollada en los últimos años de incorporar empresas directamente asociadas, barajan transformar la organización en una confederación autonómica mediante una reforma exprés de sus estatutos que se formalizaría nada más se consumara la liquidación de Cierval. La nueva entidad «estaría abierta a todas las organizaciones de la Comunitat Valenciana» y también a empresas, según las fuentes consultadas por este diario.

Llegados a este punto, la nueva patronal debería entablar una negociación a dos bandas. Por un lado, lograr que la CEOE, a la que pertenece, le reconozca la representatividad en toda la Comunitat Valenciana. Por otro, conseguir el mismo status por parte de la Generalitat y que esta asuma, sin voluntad de litigar, que la CEV solo responde de sus deudas. Respecto a la primera, las citadas fuentes no creen que haya problemas y apuntan que la nueva CEV podría incrementar sus cuotas a la CEOE al desaparecer los pagos que ahora realiza para sostener Cierval. En relación a la administración autonómica, la opinión generalizada es que precisa un interlocutor autonómico del mundo de la empresa y, desaparecida Cierval, tendrá que apostar por la única estructura sólida que quedará. Es decir, el proyecto liderado desde la CEV, que, como indicaron las fuentes consultadas, acabará diluyéndose en la nueva organización.

De todas formas, no es un camino enteramente despejado. Por una parte, la CEV debe clarificar antes de dar ese paso que queda libre de la condena de ser sucesora de Cierval y que, por tanto, elude las deudas de esta, de Coepa y de la CEC. De hecho, la opción de fusionarse con la Cierval que se barajó hace unos meses se descartó precisamente porque iba a hacer a la CEV responsable de todas las deudas y eso la arrastraría también a la ruina. Según las fuentes consultadas, en la situación actual la Generalitat, que es el gran acreedor, solo podría de recuperar las deudas de cada organización a título individual y no de forma solidaria entre unas y otras.

Una de las cuestiones en que coinciden todas las fuentes consultadas es en la voluntad de salvaguardar la figura de José Vicente González, presidente de Cierval, a quien, más allá de las particularidades de su carácter, consideran víctima de la pésima gestión de alicantinos y castellonenses. El también presidente de Feria Valencia proviene de la CEV y en la misma barajan la opción de crear algún cargo institucional para él que le permitiera, entre otras cuestiones, mantenerse como vicepresidente de CEOE, donde es uno de sus principales dirigentes y que será una entidad clave en el complejo proceso que se avecina para el empresariado autóctono.

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