El Tribunal Supremo ha habilitado a los ingenieros industriales para realizar informes de certificación energética de los edificios. La decisión supone la segunda batalla que ganan los ingenieros frente a los arquitectos tras la decisión de la Comisión de Defensa de la Competencia de que los industriales pueden emitir certificados de habitabilidad para la obtención de licencias de segunda ocupación de viviendas. Ahora el Supremo ha desestimado el recurso interpuesto por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España que solicitó la nulidad del real decreto que acababa con la exclusividad. «El Supremo ha estimado que los arquitectos no son los únicos competentes para hacer los informes. Los ingenieros industriales también son técnicos capacitados por los estudios que tienen», subrayó Miguel Muñoz, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana.
Rafael Durá entiende que es competencia directa de los arqutectos pero acatan la sentencia del Supremo. El problema es que no se ha desarrolado una Orden que especifique las competencias necesaria y están a la espera de que el Gobierno lo regule.
Los ingenieros industriales y los arquitectos llevan años enzarzados en disputas legales por las competencias. El Colegio de Arquitectos de España recurrió en 2013 contra el decreto ley del Gobierno de rehabilitación, regeneración y renovación urbana que estableció que los ingenieros industriales estaban capacitados para realizar los exámenes de eficiencia energética de las viviendas. Miguel Muñoz explicó que estas pruebas de eficiencia «son necesarias para poder tramitar un alquiler, para la rehabilitación de un inmueble y para todas las viviendas que tengan más de cincuenta años. Estos informes son preceptivos por las directivas europeas que buscan reducir el consumo energético».
El fallo del Supremo apunta que pueden emitir los informes de certificación energética todos los profesionales que tengan la titulación académica para la redacción de proyectos o dirección de obras, así como los que acrediten la cualificación necesaria, según establece la ley de Ordenación de la Edificación de 1999.
La decisión del Supremo es el segundo revés que sufren los arquitectos en dos meses. El 9 noviembre, la Comisión de Defensa de la Competencia de la Comunitat Valenciana enmendó la plana al Ayuntamiento de San Miguel de Salinas y a la Conselleria de Vivienda al tumbar la exclusividad que concedían a los arquitectos para emitir certificados de habitabilidad para obtener licencias de segunda ocupación de viviendas. Competencia llegó a la conclusión que la exclusividad supone una «restricción de la libertad de acceso» y una «barrera de acceso» injustificada.
El informe era la respuesta a la consulta realizada por un ingeniero industrial después de que el Ayuntamiento de San Miguel de Salinas rechazara su certificado preceptivo «al no considerarlo técnico competente». El Ayuntamiento requirió que el nuevo certificado lo firmara un arquitecto o un aparejador.
En abril de 2015, la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) ya atribuyó a los ingenieros estas atribuciones. En mayo del año pasado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia acordó interponer un contencioso-administrativo al Ayuntamiento de Orba por dar la exclusividad a los arquitectos y en otoño censuró al Ayuntamiento de la Vila Joiosa por el mismo motivo.
A la espera del pronunciamento del Gobierno
La Conselleria de Vivienda, Territorio y Obras Públicas pidió en noviembre al Ministerio de Industria que aclarara qué titulaciones están habilitadas para expedir certificados de habitabilidad de residencia. El decano del Colegio de Industriales apuntó ayer que todavía están esperando la respuesta del Gobierno. Los ayuntamientos y la conselleria estaban hasta ahora reservando esta competencia a los arquitectos y aparejadores. En el caso de las mediciones de eficiencia energética, el asunto ya está completamente zanjado con la decisión del Supremo de acabar con la exclusividad de los arquitectos. El tribunal ha impuesto las costas a los arquitectos.
