El Banco Popular ha abierto cuatro oficinas en la Comunitat Valenciana que se van a dedicar en exclusiva al negocio inmobiliario, es decir, a vender los activos tóxicos de este sector que acumula en su balance la entidad financiera. Las aperturas forman parte de un plan más amplio que implica al conjunto de España y que supone dedicar al citado cometido un total de 40 sucursales. Además de las cuatro valencianas „una en Castelló, otra en Valencia y dos en Alicante„, los otros establecimientos están ubicados en Cataluña (6), Murcia (2), Madrid y zona centro (10), el norte del país y la zona de influencia del Banco Pastor (10) y Andalucía (8). A ellas hay que añadir cuatro direcciones regionales y una plantilla de 400 trabajadores.

Fuentes de la entidad financiera explicaron que las nuevas oficinas se han ubicado en locales propios del banco que no estaban ocupados o en las sucursales que acaba de cerrar dentro de su plan de reestructuración, por el que ha clausurado ya 195 establecimientos y ha reducido su plantilla en casi 2.600 empleados. Las nuevas instalaciones no tienen servicio de caja, dado que están especializadas en atender a clientes que quieran adquirir algunos de los inmuebles que se ha adjudicado el banco fruto de daciones en pago, créditos hipotecarios fallidos o promociones no vendidas.

La entidad financiera no pudo precisar el número e importe de los inmuebles que tiene a la venta en la Comunitat Valenciana, pero sí aseguró que las cuatro oficinas ya citadas se dedicarán a poner en el mercado los activos que corresponden a esta autonomía. La creación de esta red, «con una perspectiva de optimización de capital alineada con los objetivos generales del banco de reducción de activos improductivos», se enmarca en el proceso de reestructuración que está llevando a cabo la entidad y que ha supuesto la separación de la actividad principal de la inmobiliaria.