Los plazos se acortan. Los dirigentes de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) barajan poner en marcha su conversión en autonómica en aproximadamente un mes. No van a esperar ni siquiera a que la actual patronal regional Cierval entre en suspensión de pagos, una situación que debería producirse a mediados de marzo, cuando se cumplan los cuatro meses desde que presentó en diciembre el preconcurso de acreedores. El 27 de febrero próximo es la fecha clave. Tal como aprobó el comité ejecutivo de la CEV en su última reunión, ese día las tres provinciales deben abonar una deuda conjunta con la Generalitat de unos 600.000 euros por requerimientos derivados de la ley de prevención de riesgos laborales.
El ultimátum lanzado el pasado día 12 estaba vinculado a la búsqueda de un acuerdo con las provinciales de Castelló (CEC) y Alicante (Coepa) para garantizar la supervivencia de Cierval. Pero a estas alturas es prácticamente imposible que cualquiera de esas dos organizaciones puedan hacer frente a sus deudas, de 174.790 y 151.869 euros, respectivamente. La primera está en concurso de acreedores y sus deudas alcanzan los dos millones de euros, además de estar siendo judicialmente investigada por los cursos de formación. La segunda acaba de superar la suspensión de pagos gracias auna quita del 95 % de su deuda con Cierval y carece de recursos económicos.
La CEV debe devolver 238.164 euros. Los tiene provisionados y no tendrá problemas para abonarlos gracias a su situación saneada. En los últimos tiempos ha sido la única que pagaba las cuotas a Cierval. Ha cubierto en solitario algunos rotos que correspondían a las tres provinciales. Eso se acabó. Si el 27 de febrero, Coepa y CEC no pagan su parte a la autonómica, que es la que recibió el dinero, como organización cúpula, para distribuirlo entre las provinciales y que estas lo ejecutaran, reintegrarán su parte directamente a la administración e iniciarán de inmediato el proceso de desconexión con Cierval, que, tal como adelantó este diario el pasado sábado, pasa por la conversión de la CEV en una nueva patronal autonómica. Según las fuentes consultadas, en las conversaciones internas que están teniendo sus dirigentes participa activamente el actual presidente de la Cierval, José Vicente González, también consciente de que la autonómica no es viable por las trabas alicantinas y los casos de formación que aún deben salir en la patronal de Castelló. González es vicepresidente de la CEOE, donde continuará con el nuevo diseño. Esa vía garantiza el crucial apoyo de la patronal española a los planes de la CEV.
Esta última, que cambiará sus estatutos para reconvertirse en una patronal autonómica, deberá negociar con el Consell, al que ha dejado al margen de todos estos movimientos, su consideración como organización empresarial más representativa, lo que implicará convertirse en interlocutor de la administración autonómica. El proyecto estará abierto a todas las asociaciones empresariales y a la mercantiles que ahora no forman parte de la CEV, donde, llegado el caso, son conscientes de la necesidad de contar con estructuras mínimas en Castelló y Alicante para la representación provincial. La CEC prácticamente está condenada a la desaparición, lo que obligaría a abrir allí una delegación (seguramente con vicepresidente), mientras que Coepa podría ejercer la representación en Alicante si se aviene a sumarse.
