Aunque algunas voces ya mentan de forma bastante repetida el concepto de «recuperación» en los foros especializados a la hora de definir el contexto económico que vive el país, lo cierto es que las dificultades para sobrevivir al día a día siguen estando muy presentes para las familias que residen en la Comunitat Valenciana. Así lo reflejan los últimos datos autonómicos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el Instituto Valenciano de Estadística (IVE). Los registros certifican que un total de 36.400 hogares de las tres provincias cuentan con alguno de sus miembros en el paro y dependen de una prestación por jubilación para cubrir sus necesidades económicas.

Y la situación no ha mejorado si la comparamos con el anterior trimestre, ya que este colectivo sumó un total de 500 hogares al cierre del año pasado. Se rompe así la tendencia de las últimas épocas. Aún no es momento de hablar de «brotes verdes».

Y es que la recesión ha provocado que las pensiones se hayan convertido en todo un «salvoconducto» para las familias con rentas bajas y medias, que han visto como se recortaban sus ingresos ante el endurecimiento de un escenario económico marcado por la escasez de oportunidades laborales y por el recorte de prestaciones sociales.

De hecho, si comparamos el número de hogares en esta situación en el último trimestre del 2007 -antes de que la crisis golpeara de forma definitiva al estado del bienestar- con el índice del 2016 la conclusión es clara: el número de casos se ha duplicado, pasando de los 15.200 hogares registrados hace diez años a los 36.400 actuales.

De hecho, nadie duda de que han sido los más mayores los que no han dudado a la hora de «arrimar el hombro» al ver los problemas por los que pasaban sus familiares. Así lo defienden los expertos del BBVE en un reciente informe, titulado «Crisis económica y distribución de la renta»: «Las prestaciones sociales monetarias son las que mayor efecto redistributivo poseen, en especial las pensiones de jubilación, que redujeron la desigualdad en un 17,3% (8,9 puntos menos en el índice Gini) en 2014. Ello resulta lógico si pensamos que para muchos hogares esta es la fuente principal de ingresos, y no el me cado», apuntan.

Trabajos del hogar

Los datos de la EPA también atestiguan la existencia de un total de 18,600 hogares de Castelló, Valencia y Alicante con algún desempleado donde la persona de referencia en términos económicos es una trabajador/a del hogar, clasificación que forma parte del grupo de «inactivos» cuando se estudian las cifras oficiales. En este caso también se confirma un aumento durante el último trimestre del ejercicio pasado, ya que se pasó de las 16.800 familias en esta situación contabilizadas a diciembre del 2016 a las 18.600 computadas al finalizar el año.

El escenario no es tan halagüeño como lo pintan. Al menos, para el ciudadano medio.