Los activos tóxicos del Banco de Valencia que asumió Caixabank tras quedarse la entidad valenciana por un euro están evolucionando mejor de lo esperado. Tanto, que el banco que preside Jordi Gual todavía no ha tenido que recurrir al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) para recibir capital del Esquema de Protección de Activos (EPA).

A fecha de 31 de diciembre de 2015, CaixaBank no había tenido que recurrir a este apoyo del Estado y, según explicaron fuentes de la entidad, tampoco pasará en 2016, aunque este dato se confirmará dentro de un mes cuando se presenten las cuentas anuales.

La operación de compra de Banco de Valencia incluyó la instrumentación de un esquema de protección de activos mediante el cual el FROB asumirá durante un plazo de 10 años el 72,5% de las pérdidas que experimente la cartera de pymes y autónomos y los avales de la entidad valenciana (que ascendía a 6.022 millones) una vez aplicadas las provisiones ya existentes en estos activos.