De alguna forma, la nueva patronal autonómica echó a andar ayer de manera oficial. Rodeado de casi todo el poder político y económico de la autonomía, el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, aprovechó su conferencia matinal en el Fórum Europa para anunciar, tal como adelantó Levante-EMV el pasado 17 de enero, que la organización provincial se convertirá en autonómica en vista de que los problemas económicos y judiciales de las patronales de Castelló (CEC), a cuyos anteriores gestores acusó directamente de «malas prácticas», y Alicante (Coepa) hacen imposible que la Cierval, ya en preconcurso de acreedores, pueda sobrevivir. Navarro destacó que la CEV «es hoy en día la única intersectorial saneada y que cuenta con el respaldo de sus bases para evolucionar, dada la situación, a una organización de ámbito autonómico».

El presidente de la CEV precisó que «en breve iniciaremos contactos con los distintos sectores» económicos de la Comunitat Valenciana para que conozcan el modelo que propugna la patronal de Valencia y «para que sean ellos los decisivos en esta operación». Es más, aseguró que alguno de esos contactos «ya ha tenido lugar». Según otras fuentes consultadas por este diario, Navarro ha trasladado sus ideas a las patronales del azulejo Ascer, con sede en Castelló, y a la del calzado, en Alicante. La respuesta de ambas habría sido afirmativa, lo que supone un espaldarazo a la fundación de una nueva patronal autonómica aprovechando la estructura de la CEV. Las citadas fuentes añadieron que, en las conversaciones que ha habido en las últimas semanas, se ha percibido una predisposición favorable de la alicantina Coepa. Así lo ratificó ayer el presidente de esta, a quien le parece «adecuado» que haya una patronal autonómica «refundada y apoyada en la CEV», porque ya tiene una estructura «acorde» a ese fin, en la que habría que retocar los estatutos y ver cómo se integran Castelló y Alicante. La clave „y parece que en Valencia hay receptividad„ es que al menos la provincia sureña disponga de estructuras propias que le permitan ejercer la representatividad de su territorio.

No obstante, donde la CEV se muestra poco flexible es en el modelo de financiación de la nueva organización, que debe seguir la pauta de la provincial de Valencia para garantizar su independencia del poder político, es decir que en la asamblea las empresas directamente asociadas tengan el 30 % de los votos „aunque aporten más por cuotas„ y que el 70 % restante se reserve a «sectores, consejos provinciales, comarcas y colegios profesionales».«Olvidémonos de viejos modelos, que, como se ha demostrado, ya no funcionan», concluyó al respecto.

Ya al margen de las cuestiones meramentes internas, el presidente de la CEV ha exigido al Gobierno que invierta en la Comunitat Valenciana en «las mismas condiciones» que en otros territorios porque,«históricamente, no ha sido así». Navarro reivindicó la necesidad de un pacto de Estado en la planificación y ejecución de las infraestructuras. No es la única reforma que defendió para que la recuperación económica sea «tangible». Así, planteó una reforma tributaria para coordinar de manera «urgente» las distintas políticas estatales, autonómicas y locales, así como suprimir «muchos de los casi 100 impuestos autonómicos, que están provocando una verdadera ruptura del mercado interior y comprometiendo la competitividad y viabilidad de los sectores productivos».

«Nuestro sistema económico necesita una reforma fiscal en profundidad; no parches meramente recaudatorios, como la última subida del Impuesto de Sociedades con la que se pretende aumentar la recaudación en 4.650 millones», sostuvo el presidente de la CEV, para quien esta medida del Ministro de Hacienda es «de dudosa constitucionalidad, ahonda en la inseguridad jurídica y desbarata la planificación financiera en el último minuto del partido».