El Comité de Gestión de Cítricos, patronal que agrupa a las grandes empresas españolas, ha tenido acceso a documentación de la Citrus Growers Aso­­ciation of Southern Africa (CGA) clave para entender cómo los cítricos sudafricanos reducen los posibles re­­chazos de los con­tro­les fitosanitarios que la UE impone para evitar la entrada de plagas y enfermedades de cua­ren­te­na.

Del estudio de tales papeles se desprende la disparidad evidente en el rigor e incluso in­­de­pen­den­cia de la ins­pec­ción en­tre Holanda -principal canal de acceso citrícola de Europa- y España, prin­ci­pal pro­duc­tor.

Según da­tos de la propia CGA referidos a la campaña de 2014, la inspección holandesa de­mostró ser 24 veces más ineficaz en la de­tección del patógeno Gignardia citricarpa (el temido hongo que provoca la lla­mada «mancha negra de los cítri­cos») que la española.

La referencia al año 2014 es obligada porque fue la última campaña en la que Sudáfrica remitió cítricos a tra­vés de alguno de los puertos españoles . Por eso y porque ese verano fue cuando Sudáfrica abordó la crisis que su­pu­so el bloqueo «simbólico» (pues ya había acabado en la práctica los envíos) impuesto por Bruselas a sus exportaciones de cítricos en noviembre de 2013 tras la detección de hasta 35 partidas infectadas Pues bien, como se ha avan­za­do, en aquella temporada los funcionarios es­pa­ñoles realizaron 401 inspecciones a las 12.092 toneladas im­por­tadas y de ellas identificaron el hongo CBS (Citrus Black Spot) en diez partidas.

El comisario de Agricultura de la Unión Europea ha reconocido en un escrito de respuesta a una carta remitida por La Unió de Llauradors que el Gobierno español no se opuso en ningún momento al Acuerdo de Asociación Económica entre la UE y los Estados del África Meridional (entre ellos Sudáfrica).