El BBVA considera que es tiempo de que los inversores confíen en la Bolsa, por las buenas expectativas sobre su rentabilidad, y se alejen de la renta fija, precisamente por lo contrario. Así lo planteó ayer el director de Inversiones de Banca Privada de la entidad, Enrique Marazuela, en un encuentro con los medios previo a la reunión con unos 200 grandes clientes que tuvo lugar ayer en València. A pesar de incertidumbres de tanto calado como Trump, el Bréxit o las elecciones en Francia, el banco se muestra muy optimista con el devenir económico. Augura un 2017 en que se acelerará el crecimiento en España „al 3,2 %„, mejorará el de Latinoamérica y el de la Europa continental, se consolidará aún más al alza el de Estados Unidos y será más incierto en los emergentes en función de la necesaria transición en China, si bien Marazuela indicó que el gigante asiático, que condiciona todo el área, dispone de recursos para las reformas.

Si se añade que la inflación española tiende a la normalización „un 2 % al final de 2017„, que los bancos centrales van corrigiendo los excesos en política monetaria „la Fed hará de dos a tres subidas este año y el BCE irá cambiando su discurso para preparar el alza en 2018„ y ello impulsará a los bancos, ahora los que más penalizan en los mercados; que las empresas cotizadas están dando los mejores resultados desde 2007, que el dólar no se revalorizará más allá de la paridad con el euro y que el petróleo se moverá en una horquilla de entre 40 y 60 dólares, Marazuela tiene claro que «la clase de activo más favorable es la renta variable». La fija no es recomendable, según la entidad, por su «escasa rentabilidad para el riesgo que se asume», sea la deuda española o la alemana.

El directivo del BBVA considera que es «imposible saber el impacto de las políticas de Trump», pero sus medidas son algo que «nos preocupa», sobre todo el proteccionismo, que se agravaría si en Europa triunfan las corrientes políticas que también lo defienden en Francia u Holanda. Queda por ver la influencia de la bajada de impuestos y la «lógica» inversión en unas infraestructuras «algo anticuadas» en EE UU.

Por su parte, Jorge Gordo, director de Banca Privada de BBVA, explicó los planes de la entidad en este segmento de mercado, en el que su objetivo es crecer un 25 % en tres años y en el que la Comunitat Valenciana tendrá un papel especial porque el banco cree que es una autonomía «con potencial para ganar cuota de mercado». La nueva política en banca privada pasa por incrementar de 300.000 a 500.000 euros el mínimo para ser cliente de esta división, con el propósito de dar un servicio de asesoramiento más especializado y «tener más soluciones digitales». Así, ha creado la figura del banquero privado, con 500 personas en España (31 de ellas en la Comunitat Valenciana) y 135 puntos de atención en todo el país, de los cuales 14 estarán en la autonomía. En esta última el banco tiene a 3.400 de sus 50.000 clientes de banca privada, incluidos los 600 grupos familiares con patrimonios de más de dos millones. El volumen de activos es de 3.100 millones, algo más del 5 % de los 60.000 de España.